Un manjar como la gamba roja de Denia, tan codiciado en muchos restaurantes de alto nivel -y en tantos hogares por Navidad-, se va a convertir aún más en objeto de deseo porque previsiblemente escaseará pronto, será más raro en las cartas y menús por las nuevas cuotas pesqueras impuestas a España por la UE. La alerta ya la lanzó el pasado fin de semana el presidente de la Diputación de Alicante y alcalde de Benidorm, Toni Pérez, buen conocedor de los reclamos turísticos del sector, donde ven con desánimo estas restricciones (hasta el 79% propuesto para esta especie) que, además, no les parecen ecologistas precisamente. «Son contradicciones , no están vendiendo en todo el mundo lo del 'kilómetro cero', la sostenibilidad, la economía circular y ahora no hacen trabajar a los productores de cercanía », razona Alex Fratini , portavoz de la asociación de restaurante de Benidorm y comarca (Abreca). Aparte de este factor medioambiental, se pone en la piel del consumidor y tampoco hay ventajas: «Aquí tenemos un microclima para un tipo de pescado y de marisco fabuloso, muchísimos restaurantes trabajan con ese producto fresco y, aunque se va a seguir dando servicio, será diferente, con congelado traído de la India , de Suramérica .., de sitios lejanos». Tampoco a María del Mar Valero , presidenta de la asociación provincial hostelera APEHA, le convence la medida, a su juicio «un despropósito que desde luego afectará y mucho al sector, no sólo con la carencia de productos, sino también con el precio que podrá llegar a alcanzar, con lo cual habrá algunos, como la gamba, que sólo se podrán permitir ciertos bolsillos ». Con esas distancias más grandes, hay otros inconvenientes, relacionados con la «cadena de frío» y los transportes, «algo inútil cuando está aquí el alimento, y se va a traer más caro y sin la misma calidad, muchas veces», según Fratini. No hay más que pensar en esa especie de marisco tan selecta que ha hecho célebre, por ejemplo, al chef Quique Dacosta , y que seduce infinidad de visitantes en toda la Costa Blanca de Alicante. «Para el turista es mejor, que se le ofrezca producto de temporada , que es único , típico, quien viene aquí y prueba la gamba roja, con sal gorda y cocinada a la plancha, no va a encontrar nada igual en todo el mundo», describe. Según su análisis, hay un trasfondo económico de interés a escala internacional, detrás de estas cuotas pesqueras. «Con estas leyes estamos completamente convirtiendo el mercado en lo que quieren los grandes lobbies , todo igual de sabor y con los mismos precios en Dubai, Nueva York o Benidorm , pero nosotros queremos dar un plus, ese producto con la inventiva de los cocineros locales, lo buenos que hemos tenido y el gran diferencial con todo el mundo, por el que España y muchos puntos costeros tenemos éxito, donde la gastronomía es única», opina el portavoz hostelero. Sin contar, además, con que ignoran a los profesionales que mejor conocen el medio: «Está claro que hay que cuidar el mar, pero más que los pescadores no sabe nadie cómo funciona todo lo relacionado con el pescado, mientras que en Europa sólo conocen lo que pasa en sus despachos».
