En el marco de la asamblea anual de la Comisión Nacional Española para la Cooperación con Unesco , celebrada este lunes en Toledo, en el noble espacio de la sala capitular del Ayuntamiento, se visualizó la incorporación de 'Urbs Regia' a dicha Comisión Nacional, miembro de la Red Civil de Unesco , que integra a 13 clubes y asociaciones acreditadas. Más allá de lo honorífico, esta distinción reconoce una intensa labor desplegada por el equipo que dirige Pilar Tormo . Emblema de ciudad multicultural, patrimonial y crisol de culturas, lo que parecía un lema usado y abusado, 'capital de las 3 culturas', en el mundo actual donde, precisamente, el ancestral conflicto político y religioso entre esas culturas ha experimentado un peligroso rebrote, recobra pleno sentido y operatividad si se le redirecciona en el sentido de tolerancia, diálogo y cultura de paz con que nació. De hecho, ya no basta con el diálogo. Toda guerra comporta efectos demoníacos, no sirve más que para cronificar conflictos y transmitir odios generacionalmente. Cuando el diálogo de la diplomacia deja de servir, dialogan misiles, cañones y drones. Dolor, miseria, enfermedad, hambre, muerte, calamidades sin nombre. Desde un mantra buenista, Toledo, sí, nuestro Toledo, el de diciembre de 2024, puede convertirse en el epicentro de un desarme , de una pacificación, de una (o varias) reconciliaciones, de la anhelada concordia. Y la cultura (arte, humanismo, patrimonio) es el nuevo, y solo metafórico, campo de batalla, donde la razón habrá de imponerse a toda cerrazón dogmática y ningún credo tratará de santificar ninguna guerra. Porque todas comportan sufrimiento y todas son maléficas. Todas. Se ha puesto hasta ahora el foco en dos patas del magno taburete. El Toledo judaico y el Toledo musulmán (Tulaytula, un empeño anterior ya impulsado por Pilar Tormo, que permitió, entre otras cosas, la rehabilitación de esa joya llamada la mezquita del Cristo de la Luz). La pata cristiana, decisivo pilar de la cultura occidental y mundial, debe activarse. Y aquí Toledo tiene también mucho que decir . De hecho, Toledo es, precisamente, la Urbs regia: la capital del reino visigodo , el periodo en que fue realmente centro de poder de prácticamente toda la península. Ese periodo que intermedia entre el derrumbe del imperio romano de Occidente y el alborear de la Edad Media, con el paréntesis de la dominación islámica, que en Toledo se cierra en 1085, cuando Alfonso VI desaloja del poder a Al Qadir, emir de la Taifa toledana. Un periodo en que se van sentando las bases de una idea nacional , que se plasma en los concilios visigóticos, y que consolidará jurídica y administrativamente Alfonso X , rey plenamente toledano. Oscuro solo para los que no valoran el crecimiento de la luz según se aproxima uno a la salida del túnel. Un periodo en que el legado grecolatino se atesora, reproduce y transmite en monasterios , para luego fusionarse en magnífica síntesis con el legado oriental a través de la Escuela de Traductores de Toledo . Siglos de conformación de las naciones europeas y de una embrionaria, temprana pero nítida, voluntad de unificación europea, que tardaría siglos en configurarse y que aún precisa de un profundo examen y reforma. La Asociación que dirige Pilar Tormo actúa en este espacio temporal, cultural y geográfico . Con un comité científico internacional acreditado y representantes de universidades españolas pero también portuguesas, francesas, búlgaras, turcas, italianas… Explorando las raíces de Europa a través de reuniones científicas, publicaciones, viajes y conferencias. La próxima, el I Seminario Internacional Monacato y Cultura , que se va a celebrar los próximos 12 y 13 de diciembre en el toledano palacio de Benacazón. Con un programa estrella bajo el brazo, el Itinerario Cultural Orígenes de Europa, que es una ruta cultural pero también un ideario: la propuesta de un marco de concordia para un mundo en renovada discordia . Por eso es tan importante este reconocimiento para una asociación cultural de ámbito nacional, radicada en Toledo.