Trabajar en estado de embriaguez suele ser motivo de despido en una empresa. Los efectos del alcohol provocan cambios de comportamiento en la persona, falta de coordinación y pérdida de las nociones mínimas para poder desempeñar un empleo.
Sin embargo, no estar en condiciones para trabajar por el consumo de alcohol no siempre justifica el despido, o al menos así lo recoge el propio Estatuto de Trabajadores. En uno de sus artículos, se establecen una serie de excepciones que "salvan" a aquellos trabajadores que se encuentran trabajando bajo el consumo de alcohol.
Según confirma el Estatuto de los Trabajadores, "El contrato de trabajo podrá extinguirse por decisión del empresario, mediante despido basado en un incumplimiento grave y culpable del trabajador".
Dentro de estas razones, se encuentran las siguientes:
En 2022, un trabajador que ejercía funciones de conserje en una urbanización en Madrid fue despedido por ir bajo los efectos del alcohol durante su jornada laboral. El empleado tenía la tarea de controlar accesos y prestar servicios auxiliares en la urbanización, y fue sorprendido en estado ebrio durante su turno nocturno en junio de 2022. Ahora, el Tribunal Supremo ha dictado recientemente una sentencia que ratifica su despido disciplinario por este motivo.
El trabajador fue despedido tras cometer una falta muy grave, debido a la naturaleza de sus responsabilidades que requerían un alto nivel de diligencia y responsabilidad. El proceso judicial comenzó en el Juzgado de lo Social Nº 44 de la capital, donde se desestimo inicialmente el despido.
Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidió finalmente confirmar la decisión de la empresa al entender que las funciones del conserje eran lo suficientemente importantes como para ir en mal estado, ya que de él dependía la seguridad y el bienestar de terceros.
El trabajador alegó en su defensa que no era una situación que ocurriera de manera regular, pero el Tribunal Supremo decidió mantener la sentencia, por lo que el despido se hacía oficial.