La victoria pírrica de Oriol Junqueras en ERC ha dejado a la política española y catalana en «standby» porque el partido republicano sigue sin un jefe de filas. De hecho, en el entorno de Junqueras consideran que en esta segunda vuelta se impondrá, pero son conscientes de que el resultado «ha mostrado la debilidad de Oriol ante la fortaleza de Puigdemont, de Pedro Sánchez y, sobre todo, de Salvador Illa». Muchos son los que piensan que la indefinición de Oriol Junqueras sobre el pacto con los socialistas «ha jugado en su contra, porque el líder del partido no puede ser ambiguo en esta cuestión, máxime cuando él ha sido el ideólogo del acercamiento al PSOE», comentaba un exconselller de la Generalitat. Sin embargo, el lunes, en Catalunya Ràdio, Junqueras se mantuvo en la ambigüedad y se limitó a decir que será «exigente» con el cumplimiento de los acuerdos con el PSC.
Una exigencia que Foc Nou, la candidatura perdedora con un 12% de los votos, quiere que sea ratificada en una nueva consulta el próximo año. En manos de Xavier Godàs está aceptar esta propuesta para sumar estos votos a los suyos y ganar a Junqueras en la segunda vuelta. «El problema es que la radicalidad de algunos pone en jaque la legislatura de Cataluña y de España», apuntan observadores políticos. De hecho, este pulso en ERC se vive mirando a Junts per Catalunya manteniendo un enfrentamiento por ver quién es más independentista, poniendo el acento en el eje nacional y dejando en segundo lugar el eje social. Justo lo contrario de lo que defiende Joan Tardà, el exjefe de filas en el Congreso y hombre de gran predicamento en las bases republicanas, que hace unos días afirmó en una entrevista en «El País» que «ERC debería dejar de ser un partido exclusivamente independentista».
En el PSC se mantiene un escrupuloso silencio sobre lo que sucede en ERC, pero «no tenga dudas, Salvador quiere que gane Junqueras aunque sabe que es un hombre difícil». De hecho, en Esquerra se afirma que Junqueras está todavía dolido con Illa –y con Miquel Iceta– por el nulo apoyo que estos expresaron cuando estuvo en la cárcel después de los hechos de 2017.
Los socialistas catalanes salieron fuertes del congreso del PSOE. Cuatro miembros en la ejecutiva y manos libres para negociar la financiación que hicieron que Salvador Illa fuera contundente –«el pacto con ERC se cumplirá»– y se ejecutará cuando haya un interlocutor en los republicanos. Preguntados sobre si el PSOE dará luz verde, en el PSC no dudan de que sí porque «habrá más recursos para todas las autonomías» y Cataluña no dudará en trabajar con todas sus fuerzas en «demostrar que es parte de España», un discurso alejado de veleidades separatistas y que Salvador Illa quiere llevar a todos los presidentes autonómicos en 2025 en reuniones bilaterales. De hecho, en Bruselas hizo un ensayo para explicar la posición catalana con el lendakari vasco, Imanol Pradales, con el presidente canario, Fernando Clavijo, y la navarra, María Chivite.
Y Rovira, en Suiza
Junqueras se ve ganador en la segunda vuelta y más tras la noticia de las últimas horas. Marta Rovira ha anunciado que se quedará a vivir en Suiza y no volverá a Cataluña, a pesar de no tener cargos que se lo impidan. Esta decisión no ha sentado bien en las bases republicanas que deben volver a votar la próxima semana. A Junqueras le faltaron 110 votos para ganar en esta primera vuelta, pero su debilidad es evidente ante sus adversarios políticos.
Junts, por su parte, va a la suya. Las negociaciones con el Gobierno son fluidas en materia de inmigración y en traspasos para la Generalitat. Para el Gobierno catalán, «los ataques del PP cohesionan a los socios» y sobre los acuerdos financieros y económicos un alto cargo del Govern decía «ellos que negocien, nosotros haremos caja».
En la Plaza de Sant Jaume consideran que la situación hace «posible que haya presupuestos en Cataluña y en España». Desde Junts también mantienen la discreción y sus declaraciones se limitan a decir que serán exigentes y que harán sudar la camiseta a los socialistas si quieren sus votos. Las conversaciones con el PSOE están activas y Salvador Illa insinuó la pasada semana en el Parlament que se están acercando posiciones en materia de inmigración, pero según las fuentes consultadas no se hará anuncio alguno hasta que no vote ERC.