A los 14 años, Inés Hernand ya recogía firmas para advertir a los institutos de su zona que un profesor se ausentaba frecuentemente. Convocó una 'sentada' por Palestina en el colegio y minutos de silencio por Marta del Castillo. Aunque la madrileña es ahora creadora de contenido y presentadora de RTVE, es imposible desvincular estas facetas con el activismo. No es difícil que la presentadora lance una pequeña pulla a la derecha política entre fogones y 'esferificaciones', así lo han podido comprobar los espectadores de 'Masterchef celebrity', donde Hernand se ha proclamado como justa ganadora de una edición reñida y complicada. Aunque la carrera de la presentadora está en auge, reconoce que es «un currito más' aunque su posición le es útil para hablar sobre temas que le preocupan. Así se lo explicaba a ABC: » Estoy plenamente concienciada de que ahora que tengo un poco de pasta y la posibilidad de decir todo lo que pienso en un medio sin perder mi trabajo, lo voy a hacer. Tengo que tener el pulso. Aunque me fastidie el trabajo, me fastidiaré menos que otra persona«. Durante el paso por el programa, Inés mantuvo muy buena relación con otra aspirante: Cristina Cifuentes. Su buena sintonía fue motivo de críticas a la presentadora por estrechar relación con una mujer que formó parte del PP y fue presidenta de la Comunidad de Madrid con ese partido. Aunque la presentadora se considera una persona «dialogante», reconoce que si Cifuentes siguiera en la política, la relación sería bien distinta. «Si Cristina Cifuentes siguiera en activo no habría buena sintonía como ahora. Estar en política en activo requiere hacer cosas que a día de hoy me afectan y decisiones que ha podido tomar Cifuentes ha tenido 'efecto mariposa' en cosas como la sanidad pública que me preocupan. Yo me he manifestado y he ejercido mi voto cuando ella estuvo. Criticar la relación con Cifuentes es tener una visión superficial sobre las cuestiones humanas». Es inevitable que la presentadora haga alusión a cuestiones políticas y sociales en sus respuestas. Lo hemos visto en el programa, pero también a lo largo de su carrera como presentadora en RTVE. Eso le ha jugado en ocasiones malas pasadas y alguna que otra polémica, aunque asegura que quiere mantener la buena relación con todas las posturas. «Tengo una situación de privilegio, pero tengo que seguir adelante. Si Pedro Sánchez sale mañana del Gobierno tendré que seguir trabajando . Tengo que tener diálogo con todas partes, aunque defiendo mi parte política. No solo doy discursos contra la gente que no es de mi cuerda», añadió. «Defender derechos humanos es un sentido humano, no político. Me gustaría ver a la gente que me critica cómo abraza a sus familiares en estas Navidades. Aunque en la calle no hay tanta crispación, aún nadie me ha apuñalado y me ha reventado un hígado. Si no, 'wow'», explicó, haciendo referencia a los usuarios que criticaron su buena sintonía con la expolítica. La presentadora no pierde ocasión para hacer referencia a la situación actual política, incluso a asuntos de actualidad como las acusaciones de Irene Montero acusa de transfobia al PSOE por eliminar el «Q+» de las siglas LGTBI en su ponencia . «Ahora más que nunca hay que proteger a todos por el auge de extrema derecha. Tenemos discursos agresivos en contra de las democracias modernas. En mi nombre no, por supuesto. No entiendo por qué todo lo que sea inclusivo tienen que corregirlo y más personas a las que no les afecta esa realidad. Desde un punto de vista humano me cuesta entenderlo y más si lo hacen por contentar a otros». Su rostro ya había aparecido en RTVE Play antes de su polémica presentación de la alfombra de los Goya 2023. «¡Eres un icono, presi, te queremos!», gritaba sin tapujos. «Me van a echar en cara el 'icono de Pedro Sánchez', Cristina Cifuentes y los que vendrán... Es algo muy superficial, una muletilla y lenguaje pop y hortera que decido yo tener. Es un tipo de comunicación y que la gente se lo tome al pie de la letra, en fin, aunque ojalá a todos les de por la renta básica universal, pero no es el caso. Las abejas no pierden el tiempo explicándoles a las moscas, porque la miel es mejor que la caca«, indicó. La nula relación con sus padres desde hace años, la importancia de su abuela en su infancia y adolescencia al hacerse cargo de ella durante mucho tiempo, la familia escogida a través de sus amigos... Toda su vida se plasmó en el plato que le hizo ganar esta edición. Una historia redonda. «Somos una generación que ha sido cuidada por los abuelos porque la mayoría de padres se han volcado enormemente en su trabajo así que mi historia es una historia realista». La presentadora no da ni por perdida ni por pendiente la relación con sus padres. « Es inexistente desde hace siete años y a veces por salud mental es mejor poner una distancia . He tenido siempre la presencia de mi abuela y nunca he tenido ninguna carencia afectiva a nivel estructural, si no estaría mucho más 'chaladita' de lo que estoy ahora«. Durante los últimos años, la polémica ha rodeado a 'Masterchef'. Es frecuente que en alguna edición haya algún aspirante que critique la presión mental que sufren durante su paso por el programa. Algo que otros candidatos y ganadores, como Inés, han negado. «Mi experiencia ha sido súper favorable, tengo la personalidad para estar ubicada en este formato. También tengo en cuenta mis experiencias anteriores». La creadora de contenido explicó que trabajó en un bar de Londres, ha tenido que compartir colchón para poder vivir en momentos de precariedad y ha trabajado bajo la presión de los restaurantes de comida rápida. «Para mí 'Masterchef' es lujo asiático. Es un programa asentado que busca revisarse. La dureza o las polémicas anteriores son normales, no es un programa soberbio», reconocía la presentadora de RTVE a ABC.