La “austeridad republicana” es un cuento para encubrir que Claudia Sheinbaum heredó una hacienda pública desastrosa de manos de López Obrador.
Si no es así, ¿por qué en salud va a gastar 122 mil millones de pesos menos en 2025 que en 2024?
Es una pregunta respetuosa y sencilla: ¿por qué, Presidenta?
A salud, el gobierno le destina en el presupuesto del próximo año 881 mil millones de pesos, lo que implica una disminución de 12.2 por ciento respecto al presupuesto de 2024.
¿Tan difícil es explicar por qué?
Sheinbaum debe decir la verdad acerca de cómo recibió la economía de manos de AMLO, para dar un machetazo tan brutal como el que da al acceso a la salud de los mexicanos.
O heredó compromisos demenciales que debe encubrir, o es una Presidenta desalmada.
Víctor Chávez, reportero de El Financiero, documentó ayer en estas páginas que el presupuesto en salud significa un retroceso de 20 años: para 2025 es de 2.4 por ciento del PIB, y en 2005 ocupó 2.6 puntos del PIB.
Necesitamos saber por qué.
Nada tiene de racional quitarle presupuesto a la salud en un país donde aumenta la población mayor y, por tanto, crecen las necesidades de atención en cardiología y cancerología.
También con los niños se ensañaron.
Al Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia le quitaron 10 mil 64 millones de pesos. Es decir, le recortaron 68.4 por ciento del presupuesto.
¿Por qué, Presidenta?
Al Hospital Infantil de México le redujeron el presupuesto en 11.2 por ciento. Esto es, 254 millones de pesos menos que en 2024.
Un recorte de 14.7 por ciento le aplicaron al Instituto Nacional de Cancerología: 340 millones de pesos menos.
¿Cuál es la razón? Hay derecho a saber.
Al Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez le quitaron 11.9 por ciento del presupuesto: 245 millones de pesos menos.
Digan por qué.
Cada día anuncian nuevas oleadas de inversión nacional y extranjera, rebases gloriosos en los ingresos del gobierno y cubren de elogios las “finanzas sanas” que recibieron del gobierno anterior, y le quitan cantidades millonarias del presupuesto a la salud.
Al otrora glorioso Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán le recortaron 338 millones de pesos, que es 12.3 por ciento menos de lo que tuvo en 2024.
Y al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas le presupuestaron 230 millones de pesos menos, es decir un recorte de 11.5 por ciento.
De 300 millones de pesos fue el recorte al presupuesto del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez. Es 19 por ciento menos que en 2024.
Al Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz le quitaron 65 millones de pesos (12 por ciento menos que 2024)
El 11.3 por ciento le recortaron al Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra, que significa 243 millones de pesos menos.
¿Por qué, Presidenta?
Si de veras es científica, ¿por qué el terrible golpe a la investigación médica y a la atención especializada.
No estamos en una crisis global y del gobierno salen puras “buenas noticias” sobre la economía.
Entonces, ¿por qué?
Por favor, diga en qué condiciones económicas recibió al país de manos de su antecesor.
Hay indicios que derivamos de las cuentas públicas:
-López Obrador recibió una economía en crecimiento, así como fideicomisos y fondos con cientos de miles de millones de pesos para afrontar emergencias, y los usó en gasto permanente y obras que aún seguimos pagando y habrá que subsidiar.
-Peña Nieto entregó el país con una deuda de 10.5 billones de pesos, y al final del próximo año deberemos 18.5 billones de pesos.
En seis años la deuda creció 80 por ciento.
¿En qué se gastaron el dinero?
A Pemex, para el próximo año, Hacienda le va a dar 465 mil millones de pesos.
Lo que le van a dar a Pemex se lo quitan a salud. Esos 465 mil millones de pesos del gobierno a Pemex es más de la mitad de lo que se va a destinar a salud: 881 mil millones de pesos.
¿Por qué hay que darle dinero a Pemex, que debería aportar, y mucho?
¿Por qué hay que darle 465 mil millones de pesos a la petrolera cuya función es ganar dinero, y en lugar de aumentar el presupuesto para atender la salud de los mexicanos, le quitan 122 mil millones de pesos?
¿Qué pasa, Presidenta?
Cuál es la razón para quitarle 67.4 del presupuesto al Programa Nacional de Vacunación (lo recortaron de 14 mil 31 millones de pesos, a 4 mil 571 millones de pesos).
¿Por qué hay que adelgazar los institutos de especialidades médicas y presupuestar 40 mil 800 millones de pesos para el Tren Maya, supuestamente inaugurado?
¿Por qué, Presidenta, le quita presupuesto a hospitales infantiles y se lo inyecta a la refinería en Dos Bocas, que hace mucho nos dijeron que ya estaba terminada y en funcionamiento?
Es del conocimiento público que el tren y la refinería son un chapoteadero de corrupción y compadrazgos.
“Pruebas, pruebas”, exige la Presidenta a los ciudadanos.
¿No es ella la principal encargada de cuidar el patrimonio de la nación, en lugar de proteger a los defraudadores?
Un señor de apellido Couturier se tomó en serio lo de presentar pruebas, y está cerca de ir a la cárcel.
El país merece una respuesta por ese presupuesto inhumano para 2025. ¿Por qué, Presidenta?