Queda apenas un mes para que el presidente electo, Donald Trump, vuelva a sentarse en el despacho Oval, y las universidades estadounidenses ya parecen estar preparándose para este segundo mandado.
Algunos de estos centros de educación superior se han puesto en contacto con sus estudiantes internacionales, recomendándoles volver a Estados Unidos antes de que el magnate tome posesión, con el fin de anticiparse a un posible endurecimiento de la política migratoria del país. Se calcula que durante el curso 23/24 cerca de 1.200.690 estudiantes internacionales formaban parte de las universidades estadounidenses, lo que supuso un aumento de un 7% con respecto al curso anterior, según 'Open Doors'.
La Universidad de Massachusetts Amherst fue uno de los primeros centros en pronunciarse, de cara a las vacaciones de Navidad. El pasado 15 de noviembre la oficina de Asuntos Globales publicó un breve comunicado donde apelaban a "su comunidad internacional" a "considerar seriamente" volver antes del 20 de enero, día en el que arranca el nuevo mandato.
Desde la universidad especifican que aunque "esto no es un requisito o un mandato", ni se encuentra basado en ninguna "recomendación actual del gobierno", lo cierto es que: "Dado que una nueva administración presidencial puede promulgar nuevas políticas en su primer día en el cargo (20 de enero), y en función de la experiencia previa con las prohibiciones de viaje que se promulgaron en la primera administración Trump en 2016, la Oficina de Asuntos Globales está haciendo este aviso como una medida de precaución para evitar cualquier posible interrupción de viajes para los miembros de nuestra comunidad internacional".
El comunicado finaliza aseverando que aquellos estudiantes que vivan en el campus podrán volver antes a las instalaciones en caso de ser necesario. Según recoge la BBC, a estas advertencias se han unido otros centros como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Wesleyana.
Esta incertidumbre en la comunidad universitaria se basa en la decisión del republicano de prohibir la entrada a Estados Unidos a los ciudadanos a seis países eminentemente musulmanes como Irán, Siria o Yemen, y que también fue extendida de forma posterior a Corea del Norte o Venezuela.
Una norma que promulgó a los pocos días de llegar al poder, y que aunque en un primer momento fue temporal, posteriormente fue confirmada por el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Pese a los antecedentes, y las promesas de deportaciones masivas que Donald Trump defendió durante la campaña, está por verse si la política migratoria de la nueva administración será de igual manera fulminante con la comunidad universitaria internacional. Precisamente, durante la campaña electoral, el expresidente llegó a plantear la posibilidad de conceder "automáticamente" la 'green card' o tarjeta verde a aquellos estudiantes extranjeros que se graduasen de los centros de educación superior de Estados Unidos.
Una medida con la que, según afirmó Trump en el pódcast "The All-In Podcast", buscarían retener el talento: "Se necesita gente brillante y nosotros formamos a gente brillante, gente que se gradúa en la universidad, gente que es la número uno de su clase en las mejores universidades. Tienes que ser capaz de reclutar a estas personas y mantenerlas", aseveró. De esta manera, la tarjeta verde les permitiría vivir y trabajar de forma permanente en el país.
