Indignante. Después de los múltiples compromisos asumidos por las autoridades de los sectores involucrados con la educación, la salud y la integridad de los menores de comunidades amazónicas, se han seguido presentando múltiples agresiones sexuales protagonizadas por educadores y auxiliares.
Desde que se atendió la denuncia inicial en junio, los casos han seguido incrementándose. Solo en noviembre se han reportado 22 nuevos abusos. En el año 2024, ya son 80 las menores víctimas de este tipo de delitos. Y desde el 2010 hasta este año, son 564 las jóvenes agraviadas por sus maestros.
Se trata de una denuncia efectuada por dirigentas de la comunidad awajún, quienes señalan que nuevamente han sido invisibilizadas por el Estado, que no es capaz de resolver la condición crítica y vulnerable de estos menores.
En su momento, hubo gran resistencia de las autoridades del Gobierno de Dina Boluarte para aceptar la denuncia y atender el requerimiento de la población. Por el contrario, se quiso apelar a una condición cultural de las comunidades amazónicas para justificar la sucesión de agravios de maestros contra alumnos.
Finalmente, se pudo instalar una cámara Gesell para mejorar el trabajo de los fiscales, que también iban a recibir mayores refuerzos. La cámara funciona limitadamente por los cortes de luz; dos fiscales resultan insuficientes por la cantidad de casos, y la distancia y la falta de recursos económicos han hecho el resto. Nuevamente, Condorcanqui cayó en el olvido y el abandono estatal.
Así como se dijo que Puno no es el Perú, también en la práctica se está aplicando el mismo criterio para perpetuar el abuso en esa región tan alejada. Por esta razón, las dirigentes de comunidades como la awajún analizan la posibilidad de denunciar al Estado ante organizaciones internacionales. Otro descrédito más para el Gobierno del 3%.
