La presidenta Dina Boluarte es señalada como la responsable del escenario sombrío que estamos viviendo. Algunos buscan culpar a los que votaron en la segunda vuelta por la dupla Castillo-Boluarte, diciéndoles: “Asuman su voto y no se quejen”.
Al respecto, es necesario que revisemos de manera objetiva lo ocurrido. El partido político Perú Libre inscribió su plancha presidencial de manera incompleta e integrada por Pedro Castillo y Dina Boluarte, porque Vladimir Cerrón estaba impedido de postular. Dicha plancha presidencial no figuraba en las encuestas. Por otro lado, la extrema derecha demolió las candidaturas de centro; todo indica que buscaron que Castillo pasara a la segunda vuelta porque pensaron que Fujimori le podría ganar con facilidad.
En la segunda vuelta, el antifujimorismo hizo ganar a Pedro Castillo, quien luego fue vacado por pretender realizar un autogolpe. Previamente, Dina Boluarte, con los votos de los congresistas autodenominados anticaviares y anticomunistas, había sido salvada en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, para luego, a pesar del repudio popular, ser investida como presidenta de la República.
Como podemos ver, los que pusieron a Boluarte en la presidencia fueron los que votaron por Fujimori en la primera vuelta y las fuerzas oscuras que se sustentan en las economías criminales y mercantilistas, que actúan con sus operadores desde el Congreso de la República. Vemos, además, que la presidenta y sus ministros se han sometido y cedido el gobierno al Congreso, que es liderado por Fuerza Popular, Perú Libre, Alianza para el Progreso, Renovación Popular, Avanza País y sus satélites. Por lo tanto, son ellos los que tienen que asumir la responsabilidad histórica de sus votos y malas acciones, que han ocasionado inestabilidad política con sus consecuencias negativas, como la ingobernabilidad, la incertidumbre, la inseguridad ciudadana y alimentaria.