Luis Martínez dirige un trabajo nominado a los premios Goya y galardonado en el Festival de Sitges, basado en un relato del escritor Isaac Rosa publicado en elDiario.es
Relato - Céntrico, dos habitaciones, fenómenos paranormales
“Apartamento céntrico, bien comunicado, dos habitaciones, fenómenos paranormales”. Lo que bien podría parecer la premisa de un cortometraje de ficción, es en realidad el núcleo argumental de la vida de muchas familias españolas. Sin embargo, acostumbrada a ser relegada a un segundo plano, esta realidad protagoniza el cortometraje Céntrico, el quinto del director Luso Martínez.
“Esta es una historia de fantasmas que reclaman su lugar en el espacio urbano”, explica Martínez. “Una historia que reflexiona sobre el hecho de que los terrores que más nos atemorizan no son tanto los que tienen que ver con lo sobrenatural y con lo esotérico, sino aquellos terrores del día a día”.
Coescrita junto a Cristina Medina y basada en el relato Céntrico, dos habitaciones, fenómenos paranormales que el novelista sevillano Isaac Rosa publicó en este mismo periódico en 2019, Luso Martínez presenta una obra ambientada en Madrid que trata de “acercar al espectador a aspectos sociales que nos afectan a todos”. Lo hace abordando temas de plena vigencia como lo son el problema de la vivienda y la turistificación en las ciudades.
María Vázquez, quien ha destacado en películas como Matria, y Víctor Duplá, quien ha hecho lo propio en la serie Cuéntame cómo pasó, encabezan el elenco de actores y actrices del proyecto, en el que también se encuentran Álex Crivián, Violeta Pérez, Javier Tena e India Delgado.
Todo el cortometraje está envuelto por una inteligentísima atmósfera de terror, donde la música y la mirada asustada de sus protagonistas logran transmitir que algo está yendo peor de lo que parece. La urbanización madrileña, que tanto encanto muestra hacia los turistas, esconde en el interior de sus hogares las consecuencias que este turismo produce para quienes viven allí. Luso Martínez se propone abordar el asunto en Céntrico, denunciando cómo espacios habitables han acabado transformados en espacios comerciales y de consumo.
De hecho, esa fue la intención de Isaac Rosa cuando escribió el relato en el que se basa el cortometraje. “Algo que siempre me propongo cuando escribo literatura, y que se consigue hacer con la ficción, es mostrar la extrañeza de lo cotidiano. Dejar de ver como normal aquello que no lo es y volver a hacernos preguntas, como sucede en este caso con el tema de la vivienda”, explica el escritor a elDiario.es.
“Cuando Luso me dijo que veía un corto en ese relato, yo también lo vi claro. Buscaba precisamente lo que intenta hacer el cuento: utilizar una serie de recursos como el suspense para acabar hablando de vivienda”, afirma el escritor. Luso Martínez, por su parte, confiesa que lo que más le impresionó del relato es “su capacidad para relatar esta lógica esquiva de nuestra realidad que parece imposible de ser narrada”. “[Isaac Rosa] tiene esa rara virtud de sorprenderte, que cada vez es más difícil en un mundo tan hipertrofiado de estímulos como en el que vivimos ahora”, declara el director.
Utilizando la efectiva alternancia de la felicidad que producen los lugares emblemáticos o los parques de atracciones en los turistas, y el miedo que permanece oculto a raíz de sus visitas, Céntrico refleja cómo el espacio urbano poco tiene ya que ver con la ciudad como idea histórica de habitar y compartir espacio en comunidad. Para ello, Luso Martínez hace uso del terror social, que, junto al humor, considera que son “los dos géneros más apropiados para acercarse a realidades complejas y ofrecerle al espectador una base de observación, un modelo de interpretación de la creación que está viendo”.
“Hemos querido que los espectadores viajen a lomos del terror tropezando con destellos de comedia negra. Bajo los sustos, el sobresalto y el temor de los personajes, existe ese subtexto significativo que construye una alegoría de lo que más nos asusta, usando fantasmas y elementos sobrenaturales para representar horrores de la vida real que son aún más aterradores”, detalla Martínez. “Nuestro terror no es terror fantástico, sino terror del día a día”.
Isaac Rosa coincide en que “el terror no sirve solo para dar miedo”. “Además de para generar inquietud en la audiencia o para provocarles pesadillas, sirve muchas veces para dar entrada a otros temas. El terror se ha usado históricamente para mostrar de otra manera los miedos sociales, las inquietudes de un momento dado”, explica el autor del relato original.
Nuestro terror no es fantástico, sino terror del día a día.
De esta forma, Céntrico utiliza el género para hacer una crítica a problemas como la turistificación. “Es algo que estaba pasando ya antes de la pandemia, pero que, como ha ocurrido con otros fenómenos sociales de estos años, se ha acelerado después de ella”, cuenta Isaac Rosa. “Paseas hoy por el por el centro de Madrid y da la sensación de estar en una especie de gran centro comercial. Al final, quien lo está pagando son los vecinos”.
La familia de esta historia, que está de turismo en la capital, llega a decir que no quiere nada con grandes empresas, que son “los que de verdad se están cargando las ciudades”. Luso Martínez puntualiza que “tendemos a pensar que, desde nuestra buena voluntad, no estamos contribuyendo a ciertas dinámicas perniciosas para la vida de la gente que nos rodea”. “A veces pensamos que si compramos una botella de plástico y luego la reciclamos no pasa nada. Tal vez la reflexión que uno tiene que hacer es que quizá es mejor no comprar la botella de plástico y pedir un vaso de agua”, ejemplifica el director.
Con respecto a la crisis de la vivienda, otro aspecto fundamental en la obra, Luso Martínez subraya que supone “el arrebatamiento de nuestra dignidad al convertir un asunto que entronca directamente con nuestras necesidades, como es la vivienda, en una mercancía”. Pese a que el relato se publicó en 2019, la denuncia que hace está más vigente que nunca, lo que es clave en su adaptación a la gran pantalla. “Me parece que tenemos la obligación de reflexionar sobre la realidad en la que nosotros ocupamos el espacio”, dice Luso Martínez. “Pero prefiero vivir en un mundo sin la problemática de la vivienda que con una problemática que yo pueda retratar en el cine”, continúa.
Además, el cineasta desvela una urbanización más interesada en la rentabilidad que en ser un lugar habitable, de ahí la importancia que Céntrico da a la figura del oso, símbolo emblemático de Madrid cuyas apariciones son constantes durante todo el cortometraje. Se trata de una figura clave en la historia.
Tener un fantasma en casa no es lo peor que te puede pasar. Es mucho peor no tener una casa donde tener un fantasma.
“El oso, así como otros muñecos que uno puede encontrarse por la ciudad, tienen la función de generar luz y seducción para el visitante. Pero ahí se encuentra uno de los grandes reversos tenebrosos, porque como cualquiera puede imaginar, dentro de esos osos no hay un caucásico de clase media trabajando”, aclara Martínez. “El oso representa cómo las ciudades están diseñadas para que veamos el brillo de la superficie de las cosas sin reflexionar sobre lo que habita al otro lado”.
Aunque Isaac Rosa no siente que el arte deba invitar siempre a una reflexión, el escritor reconoce que “la literatura te permite mirar desde ciertas esquinas o márgenes, mirar con extrañeza, mirar de otra manera”. Hacia el mismo sentido apunta Luso Martínez, a quien le gustaría que el espectador terminase el corto pensando que “los miedos y los terrores cotidianos suelen ser mucho peores que los que vemos en una sala de cine”. “Tener un fantasma en casa no es lo peor que te puede pasar. Es mucho peor no tener una casa donde tener un fantasma”, comenta el director.
Céntrico competirá por la nominación al Goya tras ser galardonado en Sitges con el Premio Brigadoon al mejor cortometraje, siendo así la única obra española premiada en la última edición. Mientras tanto, los espectadores podrán verlo a través de Filmin, donde se estrenó el pasado 22 de noviembre. Su mayor victoria será dar visibilidad a unos fantasmas que merecen dejar de ser ignorados.