Los amantes de la nostalgia siempre suelen tener en un sitio preferente los recuerdos televisivos de otras épocas. Los primeros dibujos animados, series o películas infantiles y canciones y grupos musicales quedan en la memoria de casi todos por mucho que pasen los años y que en la actualidad existan infinidad de producciones. Así, es más que probable que las generaciones anteriores se acuerden de un fenómeno como el de Parchís . Y es que este grupo español formado por jóvenes llegó a mover masas en la década de los ochenta tanto en España como en Latinoamérica. Tampoco es que tuvieran una fórmula innovadora, ya que solo eran cinco niños normales y corrientes pero triunfaron , y mucho. Grabaron más de 30 discos, protagonizaron siete películas y actuaron incluso en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, donde 'Cumpleaños feliz', 'Parchís', 'Hola amigos' u otras de sus canciones sonaron por todo lo alto. El grupo se fundó en 1979 y en una primera época, hasta 1985, arrasó con sus 'looks' coloridos y canciones pegadizas. Luego siguió en activo, con salidas de algunos de sus componentes y entradas de nuevos miembros, hasta que en 1992 acabaron disolviéndose. Con todo es inevitable recordarse de sus primeros artistas, como Constantino, 'Tino', Fernández, que tuvo el privilegio de ser la ficha roja y que estuvo ejerciendo como líder del grupo. Fernández (Barcelona, 1967 ) era el mayor de los niños cuando lo ficharon para el proyecto. Tenía 12 años y fue descubierto cantando en un festival de su colegio y se incorporó a Parchís, siendo uno de los vocalistas principales del grupo. El ficha roja estuvo cuatro años en el grupo hasta que salió, en parte porque ya tenía 16 años y parecía muy adulto para el grupo, y trató de encarrilar una carrera en solitario aprovechando el tirón del momento: publicó, sin grandes éxitos, tres discos. El entonces obligado paso por el servicio militar interrumpió su carrera musical y cuando lo acabó no consiguió proyectos interesantes por lo que se incorporó al mundo laboral entrando, entre otras empresas, para Artel, especializada en productos escolares. Tino se casó con Eva Artigas, con quien sigue y con quien no tiene hijos, y protagonizó un terrible episodio a finales de los 90 cuando un accidente de tráfico, por intentar esquivar a una furgoneta que no circulaba bien, le dejó sin un brazo y con un traumatismo de cráneo que lo dejó inconsciente. Con el tiempo pudo recuperarse, también de las secuelas psicológicas del choque, y probó suerte empresarial, entre otros proyectos, con una compañía de limusinas, un estudio de grabación o dedicándose al periodismo deportivo. En algunas de sus múltiples apariciones en televisión para rememorar su pasado, Tino ha hablado de que precisamente no ha tenido una vida laboral estable y que por culpa de sus proyectos fallidos ha pasado por dificultades económicas. Incluso llegó a trabajar en el sector de la construcción para poder tirar adelante a su familia en estos momentos complicados. A pesar de su vida alejada de los escenarios, Tino sigue recordando en medios, o incluso en un libro que ahora está promocionando, su vida como ficha roja. En su cuenta oficial de Instagram el catalán sigue mostrando cómo a diario le siguen recordando su pasado con Parchís.