Igual hasta ahora nadie te lo había contado, pero la dieta y la nutrición son claves en la recuperación y rehabilitación de lesiones, así como en el mantenimiento de la salud ósea y muscular. De hecho, ya son numerosos los estudios que respaldan que una nutrición adecuada puede reducir las complicaciones postquirúrgicas, minimizar la pérdida de músculo durante la inmovilización, y facilitar un retorno óptimo a la actividad física.
“La Ciencia nos ha demostrado que lo que comemos tiene un impacto directo en la salud de nuestros huesos y de nuestros músculos. La dieta mediterránea, rica en frutas, en verduras, en granos enteros, en pescado, y en grasas saludables, se asocia con una mejor salud muscular y ósea, ya que contiene cantidades adecuadas de antioxidantes, de proteína, de calcio, de vitamina D (absorción del calcio), de magnesio (funcionamiento normal de huesos y músculo), de vitamina K (depósito del calcio en el hueso), y de vitamina C (antioxidante y producción de colágeno)”, remarca en este sentido Carlota Pérez Sánchez, nutricionista del Hospital Quirónsalud Toledo y del Hospital de Día Quirónsalud Talavera.
Subraya así que “los mejores alimentos” para cuidar de nuestros huesos y de nuestros músculos son los siguientes: carne magra, huevos, pescado azul, lácteos, cereales integrales, fruta, legumbres (soja y guisante), verduras (col rizada, espinacas, brócoli...), aguacate, frutos secos, semillas, y aceite de oliva.
Asimismo, Pérez Sánchez indica que la mejor alimentación que podemos seguir para prevenir una lesión, pero también durante el periodo de recuperación, es aquella que tiene en cuenta, en primer lugar, las necesidades calóricas individuales, para asegurar que se cubran sus requerimientos energéticos.
“Un mayor consumo de proteínas, distribuido uniformemente a lo largo del día, ayudará a minimizar la pérdida de masa muscular durante los periodos de inmovilización, así como a mantener la fuerza. Además, el consumo de hidratos de carbono complejos y las grasas esenciales (omega 3) ayudarán a reducir la degradación de proteínas musculares y la inflamación crónica respectivamente. No nos podemos olvidar de que mantener una hidratación adecuada es importante al igual que evitar la ingesta de alcohol, de tabaco, o de alimentos procesados”, resalta este especialista.
Mantiene a su vez esta experta que nuestra alimentación también puede ayudar a prevenir lesiones: “Una alimentación variada que incluya alimentos ricos en proteínas magras, ácidos grasos poliinsaturados (omega 3 y omega 9), antioxidantes (frutas y verduras), vitaminas A, vitamina C, vitamina D, selenio y calcio y, a su vez, sea baja en grasas saturadas, alimentos procesados, y harinas refinadas puede ayudar a prevenir lesiones”.
Pero esta experta en nutrición y dietética va más allá y destaca que nuestro tipo de alimentación también puede ser determinante a la hora de recuperarnos antes de una lesión: “Es importante priorizar fuentes de nutrientes, compuestos provenientes de alimentos, y ciertos suplementos nutricionales que pueden acelerar la recuperación, promover la regeneración y minimizar la pérdida muscular cuando se toman previamente, después de una cirugía o durante periodos de inmovilización”.
Entre estos, Carlota Pérez Sánchez, dietista-nutricionista del Hospital Quirónsalud Toledo y del Hospital de Día Quirónsalud Talavera, apunta a los siguientes: