El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García- Page , ha arrancado al Congreso Federal del PSOE -celebrado en Sevilla- el cierre de facto del trasvase Tajo-Segura para los regantes de Alicante, Murcia y Almería. Si consigue llevarlo a efecto desde el Gobierno de Pedro Sánchez, sólo habría agua excepcionalmente durante las sequías y para abastecimiento doméstico, nada para el campo. De momento, los socialistas de esta federación han refrendado en la ponencia marco esta meta largamente ansiada por Page, en la forma de una enmienda introducida en el documento del cónclave. Como en otras ocasiones, la vía encontrada vuelve a ser la elevación de los caudales ecológicos , con la que ya está prevista una estocada a partir de 2027 al subir el mínimo a la altura de Aranjuez para mermar las transferencias hídricas al sureste a la mitad. El argumentario es que la política del agua debe plantearse «desde el punto de vista más medioambiental y no tanto desde el punto de vista económico, como han pedido toda la vida en el Levante», según esta ponencia. El secretario de Organización del PSOE en Castilla-La Mancha, Sergio Gutiérrez , ha añadido en declaraciones a los medios que el trasvase tiene quedarse exclusivamente «para el consumo humano, para abastecer en momentos de sequía», mientras que »para regar o para otros usos económicos, existe el agua desalada ». De esta forma, Page busca otra vía -la interna de su partido- además de las que guarda en la recámara para cerrar el grifo a tres autonomías autónomas ahora gobernadas por el PP -la Comunidad Valenciana, la Región de Murcia y Andalucía- como su respaldo a la asociación de municipios ribereños, que ya anunció su exigencia de una lámina de agua mínima de 1.200 hectómetros cúbicos -nivel récord de hace décadas- en los embalses que abastecen el acueducto. Y la vía judicial con múltiples recursos que le dan la razón en cuanto a que hay que establecer caudales ecológicos mínimos, pero sin precisar la cantidad, lo que no permite al socialista acabar con el trasvase.