La inteligencia artificial (IA) llegó para quedarse, y su impacto es innegable en diversos sectores, desde la transformación de la oferta educativa hasta los procesos internos de las empresas, como la ejecución o simplificación de tareas.
El Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia) de Chile monitorea la evolución de la IA en la región mediante la publicación anual del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA).
La Nación entrevistó a Cristina Flores, gestora de Incidencia Pública del Cenia, el pasado 22 de noviembre, para profundizar en los hallazgos del índice, cuya segunda edición se publicó en 2024.
Flores destacó los hallazgos sobre la evolución de Costa Rica y Latinoamérica en el ámbito de la IA, además de analizar el impacto potencial de esta tecnología en la competitividad y el mercado laboral de la región. A continuación un extracto:
Costa Rica pierde una posición en el índice de inteligencia artificial de Latinoamérica
― El ILIA es un esfuerzo por tratar de recolectar información y datos de Latinoamérica. Este año para 19 países, en 2023 fueron 12 en su primera edición, con el objetivo de entender cómo están los ecosistemas de los países y cómo están comportándose en distintos elementos. Medimos tres grandes mundos.
“Lo que hemos visto es, básicamente, que es una región que está muy por debajo, si nos queremos comparar, con el norte global, eso es claro. No podemos generar comparación justa en ese sentido con países como India, China o Estados Unidos.
“Pero la idea de este índice era precisamente no generar esta comparación, sino entender cómo los países están entre sí y poder aprender mutuamente. El ILIA lo que hace es identificar el nivel de evolución de estos ecosistemas en IA.
“Costa Rica este año está en noveno lugar, está en el grupo de adoptantes, aquellos que todavía tienen un espacio de mejora en algunos elementos, pero en otros están bastante fortalecidos. El índice es una manera de entender cómo está la región sin compararnos con el mundo.
“Ha habido cambios interesantes en la investigación, pero seguimos con mucha deuda. Todavía no podemos hablar de una región que desarrolle IA; hay elementos faltantes para eso. Los gobiernos y empresas tienen que comenzar también a invertir; es imposible avanzar sin inversión”.
― Costa Rica está cerca de los promedios en varios temas, un poquito más abajo en visión e institucionalidad, que tiene que ver con participación en organismos internacionales y decisiones.
“Está muy en el límite en adopción, innovación y desarrollo. En investigación también está muy dentro del promedio, por eso es que está dentro de los países adoptantes, porque tiene algunos elementos.
“Interesa mucho la parte de regulación. Efectivamente, Costa Rica ha estado liderando esos temas; ha discutido este tipo de preocupaciones a nivel de sociedad civil y, sin duda, a nivel de gobierno, y eso se refleja en estos puntajes.
“En infraestructura también está un poquito arriba. Costa Rica está ahí sobre el promedio regional solo por cinco puntos. Sobre el talento humano, Costa Rica no tiene magísteres y doctorados en IA, pero sí tiene un buen puntaje en el área de formación y capacitación empresarial.
“También destaca mucho en educación temprana en ciencia, pero en educación temprana en IA está un poquito abajo. Tratamos de ser bien diversos en cómo recogemos los datos, para entender cómo se conforma el ecosistema de IA”.
― La recomendación es elegir efectivamente el tema de la inversión, dónde es que se van a disponer estos recursos. Poder invertir en infraestructura es clave, usar los centros de investigación y la academia para invertir en capacidad de computo, con el desafío de sustentabilidad ambiental que tiene.
“Un país que quiera desarrollar IA requiere de infraestructura, talento y regulación. Entonces son esas las áreas donde hay que mirar y ver cómo fortalecerlas. En Costa Rica es importante que a nivel académico haya un progreso y una participación de la comunidad académica en los lugares donde se toman las decisiones de la IA.
“También fortalecer la infraestructura y el talento humano en las empresas e industrias. Y lo otro es invertir a futuro, o sea, seguir invirtiendo en la incorporación de habilidades tecnológicas, inglés, etc. Los currículos escolares permiten que venga una generación con una base un poco más sólida para incorporar este tipo de tecnologías”.
― Esa es un área donde yo no te puedo dar una respuesta tan técnica, porque no soy del área técnica, pero sin duda es clave poder contar con este tipo de tecnologías. Todo aporta.
“Todo eso genera no solo que aquellos que trabajen en IA puedan beneficiarse, sino que la población misma pueda acceder a este tipo de tecnologías de la información. Es como hablar del problema de acceso a electricidad: cómo nos desarrollamos a nivel tecnológico si todavía hay regiones de Latinoamérica que no pueden garantizar acceso a electricidad y a una energía constante.
“Entonces todos los elementos se conjugan, cada uno en sus distintos pesos y ponderación final, para permitir que la región se pueda desarrollar en esta área”.
Avanza proyecto para regular la inteligencia artificial en Costa Rica
― Hay muchos proyectos de ley dentro de Latinoamérica. En el momento en que cerramos el análisis para este índice, había 38 proyectos. Lo que hay es una diversidad enorme de diferentes enfoques, hay un surtido de ideas y mucha creatividad.
“Además, es muy interesante ver que hay más interés por discutir esto que por el desarrollo. Finalmente, somos una región que está siendo usuaria y reguladora, pero de algo que no desarrolla.
“Las ideas de regulación están muy centradas en el concepto de persona y de sistemas, pero el resto es muy diverso. Hay mucho interés legislativo, mucha creatividad fluyendo, pero actualmente hay más que discutir y contrastar, y desde ahí empezar a avanzar”.
― En el informe medimos empresas que se dedican al desarrollo de IA, que su centro es la IA, y empresas unicornio, y la verdad es que no hay mucho en Latinoamérica, ese es el tema.
“Brasil lidera, por supuesto, porque son un monstruo económico. Chile lidera en empresas unicornio, a pesar de que tiene tres. México se lanza con empresas de IA; está muy cerca de Estados Unidos, por lo tanto, ahí hay una relación natural. Somos una región que está todavía al debe en esta situación. Ahí es donde se requiere la inversión”.
― Totalmente una oportunidad. En Chile vamos a lanzar un estudio sobre cómo la IA puede beneficiar a ciertas profesiones y oficios y el impacto que puede tener a nivel del producto interno bruto del país.
“Hoy día las personas pueden aprovechar ciertas herramientas, ya sea de IA generativa o de optimización de procesos en una empresa. En esto desde el Cenia somos súper claros, porque las personas no somos solo una función; la IA es muy buena haciendo una o un par de funciones, pero las personas somos muchas más.
“Nosotros vemos una oportunidad, que no quiere decir que no tenga que ir de la mano de una reflexión sesuda y, además, de un proceso de regulación, por supuesto, sobre todo en trabajos que tengan que ver con decisiones éticas”.
― Totalmente. Y tenemos que ver cómo medir eso para proyectar y canalizar ese impacto desde las políticas públicas y las empresas.
― La colaboración es el apellido clave de los resultados del ILIA. Es la respuesta obvia a los datos, es decir, aprender y entender cómo otros lo están haciendo desde sus propias cosmovisiones. La colaboración es clave en lo que se viene.
― Yo no me aventuro a proyectar, porque lo que sucede es que aparecen elementos muy innovadores y con una rapidez muy impresionante. Yo creo que hay que establecer estas colaboraciones y esta manera de trabajar en conjunto desde Latinoamérica, con el fin de estar preparados para recibir este tipo de avances rápidos.
“Creo que ponerse a competir con el norte global no tiene sentido. Sí podemos aprender de aquellas cosas que están haciendo otros países y aprovechar esos avances, trabajar juntos, invertir y priorizar el bienestar social de las personas.
“Esto nos va a dar un eje que va a tener sentido en el momento en que tengamos que seguir enfrentando esta revolución tecnológica. Es muy difícil tomar decisiones durante una revolución, pero si algo podemos hacer es tener la disposición, los apoyos y toda la colaboración para que no nos pille de sorpresa”.
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