La quiebra de más de 1.000 empresas portuguesas del sector textil este año ha provocado un efecto dominó que afecta a la industria española. Numerosas compañías textiles gallegas están buscando alternativas en Marruecos y Turquía para paliar la crisis, según medios marroquíes que se hacen eco de informaciones publicadas en nuestro país.
La deslocalización de industrias de bajo valor añadido y alta intensidad de mano de obra, un fenómeno que ya venía afectando a Portugal, ha golpeado duramente al sector textil luso y forzado el cierre de un millar de empresas. Este hecho ha acelerado la búsqueda de nuevas ubicaciones para las empresas españolas, con Marruecos posicionada como una opción atractiva.
La industria textil marroquí, a pesar de las dificultades derivadas de la pandemia de COVID-19, se mantiene como un pilar económico del país, con más de 1.600 empresas, cerca de 190.000 empleados y un volumen de ventas estimado en 5.000 millones de dólares. Esta infraestructura y capacidad productiva la convierten en un destino idóneo para las empresas gallegas que buscan diversificar sus operaciones y asegurar su supervivencia ante la crisis.
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La situación -- añaden esos medios-- pone de manifiesto la fragilidad de las industrias textiles europeas frente a la competencia global y la necesidad de una adaptación estratégica para afrontar los desafíos del mercado. La reubicación de empresas gallegas en Marruecos no solo representa una respuesta a la crisis portuguesa, sino que también refleja una tendencia más amplia de deslocalización en busca de costes de producción más competitivos.
