Miles de personas se congregaron este sábado 30 de noviembre en Valencia para protestar contra la gestión política de las inundaciones de la DANA que dejaron 230 fallecidos en el este de España. La manifestación, que reunió a cerca de 100.000 personas, exigió la dimisión del presidente regional, Carlos Mazón.
Los manifestantes, portando pancartas con lemas como "Mazón, dimisión" y "Tu negligencia es nuestra desgracia", marcharon por el centro de la ciudad. La protesta fue convocada por organizaciones locales y sindicales, reflejando la profunda indignación de la comunidad afectada por las destructivas riadas.
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Las lluvias torrenciales del 29 de octubre desencadenaron un violento torrente de agua y lodo que desbordó varias localidades del oeste y sur de Valencia. La catástrofe dejó 230 muertos, 222 de ellos en la región valenciana, y causó millonarios daños materiales. Los manifestantes acusan al gobierno regional de negligencia e incompetencia en la gestión de la emergencia, criticando la falta de anticipación y la tardanza en la respuesta.
Raquel Ferrandis, una profesora de 55 años de Paiporta, uno de los epicentros del desastre, expresó su frustración: "¿Qué falló? Incompetencia. Por eso estamos aquí, porque hay mucho incompetente al que se le está pagando el sueldo". Esta cita refleja el sentir de muchos afectados que consideran que las autoridades no actuaron con la diligencia necesaria para prevenir y gestionar la catástrofe.
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Las inundaciones arrasaron viviendas, locales y decenas de miles de autos, dejando una huella de destrucción que sigue muy presente un mes después. Los damnificados reprochan al ejecutivo regional que no avisara con suficiente antelación a los ciudadanos del peligro de las lluvias torrenciales y critican la reacción tardía de las administraciones para desplegar ayuda.
Maribel Peralta, una profesora de 62 años, manifestó su indignación: "La gente que lo ha perdido todo, a ver cómo vive. La gente que ha perdido el negocio, a ver cómo vive. Las ayudas no llegan". Esta cita subraya la desesperación de los afectados que aún esperan asistencia para reconstruir sus vidas.
En España, la gestión de catástrofes corresponde a las administraciones regionales, pero el gobierno central también puede intervenir en casos extremos. Los manifestantes no solo pidieron la salida de Mazón, sino que también lanzaron reproches al gobierno central de Pedro Sánchez por no haber sido más contundente en su respuesta.
"Estos políticos están matando al pueblo", se leía en uno de los carteles de la marcha. Esta cita encapsula la ira y el dolor de una comunidad que siente que ha sido abandonada por sus líderes en un momento de extrema necesidad.
