El Adviento, que significa “venida” en latín, es un tiempo de espera y reflexión para millones de creyentes de la Iglesia Católica en México y todo el mundo. En el 2024, este periodo comienza el domingo 1 de diciembre y se extenderá por cuatro semanas, durante las cuales las y los fieles se preparan para recibir al Niño Jesús encendiendo las velas de la Corona de Adviento, un círculo de follaje verde que simboliza la vida eterna.
Cada una de las cuatro velas, que en algunas ocasiones pueden ser cinco, debe ser de un color específico que refleja cada una de las etapas de la espera a la llegada de la Navidad. A continuación, te explicamos cuál es el significado de cada una y en qué orden encenderlas correctamente.
La Corona de Adviento se compone de cuatro velas: tres de color morado y una de color rosado. Los colores morados representan la conversión y el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que deben tener los creyentes en su preparación ante la llegada del hijo de Dios. La vela rosada, encendida en el tercer domingo de Adviento, simboliza el gozo y la celebración, marcando un momento de alegría en medio de la espera.
En algunos países, todas las velas son rojas, pero el significado de dar la bienvenida a la Navidad se mantiene. Asimismo, hay quienes prefieren añadir una vela blanca en el centro, que se enciende el mismo 25 de diciembre.
El encendido de cada vela se realiza durante los cuatro domingos de Adviento, simbolizando el desarrollo de la presencia de Dios en la historia de la humanidad hasta el nacimiento del Niño Jesús. Este es el orden en que debes iluminarlas por cada color este 2024:
La inclusión de la vela rosada en la Corona de Adviento responde a la tradición de la Iglesia Católica de tener un domingo de gozo en medio del periodo de austeridad y penitencia. Este día, los elementos morados pueden ser reemplazados por los rosados, incluyendo la vela de la corona, lo que resalta la alegría que se siente al acercarse la celebración del nacimiento de Jesús.
Así, la Corona de Adviento y sus velas no solo son un adorno navideño, sino un recordatorio de la esperanza, la preparación y la alegría que trae la llegada del Salvador.
