FIRMAS PRESS.- En las últimas semanas he tenido la oportunidad de presentar en Estados Unidos mi nuevo libro, Deséenme un buen viaje (Planeta USA). En casi todos los eventos había en el público más mujeres que hombres, hecho que corroboré en la Feria del Libro de Miami, organizada anualmente por el Miami Dade College, con múltiples encuentros con autores en los que, por regla general, impera la presencia de mujeres. Es obvio: las mujeres leen más que los hombres, sobre todo si se trata de obras de ficción.
Fue precisamente en la presentación del nuevo libro de la autora española Sonsoles Ónega, Las hijas de la criada (Editorial Planeta), donde quedó patente la devoción de las lectoras por este género literario.
Los organizadores de la feria me invitaron a presentarla y charlar con ella en uno de los eventos programados. Durante casi una hora tuve el placer de conversar con Sonsoles y hacerle preguntas a esta veterana periodista que ha incursionado en la novela con un éxito sin precedentes.
La presentadora de un exitoso magazine televisivo en la cadena Antena 3 comenzó muy joven su trayectoria periodística, a la vez que se abría paso en el mundo de la ficción con obras que muy pronto atraparon a una legión de lectoras.
Empleo el femenino porque el grueso de quienes leen a la premio planeta 2023 son mujeres. Poco después de que publicara Las hijas de la criada, una saga familiar con un secreto que marca a las dos protagonistas y su entorno en los albores del siglo XX español, acudí en Madrid a un evento en el que Sonsoles firmaba ejemplares y la cola de mujeres que aguardaban con el libro recién adquirido llegaba hasta la calle. Su nuevo libro ha batido récords de ventas fuera y dentro de España.
En el salón donde tuvo lugar el coloquio, le pregunté sobre el debate en torno a novelas de masas como Las hijas de la criada, con más de medio millón de ejemplares vendidos.
Existe en las altas esferas del mundillo literario, dominadas principalmente por voces masculinas, un cierto prejuicio, o incluso desdén, hacia la literatura “popular” que consumen millones de lectoras.
Podría decirse que se trata de una suerte de apartheid a la hora de situar en un escalón más bajo lo que se denomina “literatura de mujeres para mujeres”, a pesar de que colma un mercado en el que es tan díficil triunfar.
Durante el ameno encuentro, Sonsoles reconoció que, de primeras, le costó encajar el golpe por algunas críticas condescendientes frente a un género emparentado con las clásicas “novelas de folletín” en el siglo XIX como las que producían por entregas Alejandro Dumas, Honoré de Balzac o Benito Pérez Galdós.
La autora de Las hijas de la criada afirma que se siente muy orgullosa de ver que sus novelas se venden en supermercados y otras grandes superficies donde tantas mujeres van a hacer la compra después de una larga jornada laboral fuera o dentro del hogar y suman al carrito de los víveres y otros artículos esa obra de ficción que las transporta a otros mundos.
Según un estudio realizado por el Pew Research Center, las mujeres tienden a leer más libros que los hombres y se inclinan por la ficción. El dato llama la atención: las mujeres leen una media de catorce libros al año y los hombres nueve.
De acuerdo con encuestas realizadas en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, los hombres solo representan el 20 % del mercado de los libros de ficción. Además, ellos tienden a preferir a autores varones, mientras que las mujeres leen indistintamente a escritores y escritoras.
En su famoso libro, El cerebro femenino, la neurocientífica Louann Brizendine observa que las niñas tienen más momentos de introspección y quietud que propician la lectura.
Leo más acerca de estas diferencias con el género masculino y me tropiezo con una interesante información sobre las llamadas neuronas espejo. Según los neurocientíficos, estas células nerviosas son el vehículo de la empatía y las mujeres parecen tener una mayor reserva que los hombres, lo que facilita sentir emociones e identificarse con los personajes del relato.
Ante todas estas evidencias, el escritor británico Ian McEwan expresa lo siguiente: “El día que las mujeres dejen de leer, será el fin de las novelas”.
Jane Austen es una autora que goza de gran popularidad entre las mujeres. En una de sus más conocidas novelas, Orgullo y prejuicio, al personaje masculino, Fitzwilliam Darcy, le atrae la afición a la lectura de la protagonista, Elizabeth Bennet, porque, asevera el señor Darcy, “leer profusamente es un atributo necesario para una mujer completa”.
En los tiempos de la célebre escritora británica no había supermercados donde encontrar su obra, pero muy pronto sus novelas se popularizaron en la época georgiana.
Tal vez sin proponérselo, la primera novelista inglesa moderna comprendió el misterioso mecanismo de las neuronas espejo en las mujeres.
@ginamontaner
Gina Montaner es periodista.