El lavado de sábanas es una tarea que muy a menudo pasamos por alto pero que forma parte fundamental del mantenimiento del hogar. Al hablar del tema, todos los especialistas coinciden en que dormir con la cama limpia es esencial para nuestra salud y cuidado personal.
La frecuencia con la que cambiamos las sábanas no solamente influye en cuestiones básicas de higiene, sino que repercute en nuestra piel y pelo. Tanto estéticamente como en su salud.
Por eso, un equipo de especialistas se dedicó a estudiar cuál es la frecuencia ideal para cambiar la ropa de cama y cuál es el mejor método para lavarla y garantizar un entorno de descanso óptimo y libre de bacterias y ácaros.
Un reciente estudio encabezado por Phillip Tierno, microbiólogo de la Universidad de Nueva York, afirmó que se deben limpiar las sábanas por lo menos una vez a la semana.
La periodicidad toma aún mayor relevancia en verano, cuando las temperaturas suben y el cuerpo suda más de lo normal. Durante los inviernos, también se deben lavar con frecuencia, ya que el organismo desprende piel muerta que puede agravar alergias y congestiones.
En caso de las fundas de almohadas, edredones, colchas, mantas y similares se aconseja también lavarlas cada 7 días.
Muchas personas suelen lavar las sábanas junto con las demás prendas de ropa, lo que puede ser perjudicial para la salud. Para ser más eficiente en el lavado se aconseja lo siguiente:
Más allá del lavado regular de las sábanas, existen otras medidas que podemos tomar para garantizar un entorno de descanso óptimo y libre de agentes nocivos. Estos son algunos consejos adicionales: