El Papa Francisco.
El Papa Francisco envió una conmovedora carta a los jueces uruguayos, expresando su alegría por el lanzamiento del Capítulo Uruguay del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU). En ella, el Santo Padre realizó un llamado a la acción, instándolos a luchar contra las raíces de la pobreza en lugar de simplemente lidiar con sus consecuencias.
La misiva papal llegó en el contexto del lanzamiento oficial del COPAJU Uruguay, el pasado lunes 11 de noviembre, en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, evento que también presentó el «Instituto Fray Bartolomé de las Casas», dedicado a la investigación y la educación en derechos sociales, migración y colonialismo. Esta organización, elevada a Asociación Privada de Fieles de carácter internacional por el Papa el 18 de agosto de 2023, ya contaba con presencia en Argentina, Chile, Colombia, Perú, Brasil, México, Estados Unidos y Paraguay.
Francisco enfatizó la necesidad de una «distribución de riqueza equitativa y justa», argumentando que «no hay sociedades que progresen sobre la pobreza de sus integrantes». Planteó una dura interrogante: «¿puede tener buen futuro una persona inserta en una sociedad desigual y expulsiva?». El Papa rechazó la idea de que el mercado fuera el motor de la justicia social, afirmando que «El Estado y no el mercado es el que gesta la armonía y garantiza la justicia social».
Su mensaje a los jueces fue claro y contundente: «pueden hacer mucho y hay mucho por hacer». Los exhortó a «tener valor», a «unirse» y a no dejarse llevar por ideologías fallidas, invitándolos a inspirarse en la figura de Artigas. «No se dejen confundir por las recetas que ya sumieron a muchos pueblos en la desgracia. Confíen en la senda de Artigas y nunca olviden aquella canción hermosa de Alfredo Zitarrosa, para que la ley no sea una tela de araña que solo atrapa a los chiquitos y deja indemnes a los poderosos que la atraviesan sin dificultad», expresó.
El Pontífice rechazó la idea de simplemente «limpiar las calles de pobres», instando a los jueces a «hacer realidad los derechos básicos de todas y todos», a comprometerse activamente y a construir un futuro más justo e igualitario para todos los uruguayos. Su mensaje final fue uno de esperanza y aliento, augurando «mucha fecundidad en este nuevo proyecto».
