Varias organizaciones rebeldes lideradas por la milicia yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS)-heredero del Frente Al Nusra, un grupo afiliado con Al Qaeda durante la pasada guerra- se hacían ayer con el control de la ciudad de Alepo, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y reconoce el régimen de Bachar al Assad, que se enfrenta a una situación inédita desde la recuperación de la ciudad gracias al apoyo ruso en diciembre de 2016.Menos de cuatro días después del inicio de su inesperada ofensiva, los insurgentes -que cuentan con el apoyo de Turquía- se han hecho con la ciudad más poblada de Siria, incluido su aeropuerto, sin aparente resistencia de las fuerzas del Ejército regular.
Las imágenes difundidas por los rebeldes mostraban vehículos militares circulando por las calles de Alepo, entre muestras de afecto de una parte de la población. Por su parte, el régimen de Bachar al Assad reconocía en la mañana de ayer el avance rebelde en «gran parte de los barrios de Alepo» y el repliegue sus tropas a la espera de la llegada de «refuerzos». El citado Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguraba ayer que las fuerzas del Ejército regular sirio habían abandonado ya la ciudad, al igual que lo hizo el gobernador y policía. «Durante las batallas, decenas de nuestras Fuerzas Armadas han sido martirizados y otros han resultado heridos. El gran número de los terroristas y los múltiples frentes han llevado a nuestras Fuerzas Armadas a implementar una operación de repliegue », aseveraba el Ministerio de Defensa sirio en sus redes sociales.
La respuesta al avance rebelde no se ha hecho esperar y, como en la víspera, ayer aviones de guerra sirios y rusos bombardearon Alepo. Un hecho que no se producía desde 2016. El Ministerio de Defensa ruso había informado el viernes de operaciones aéreas contra los rebeldes en Siria, aunque sin concretar dónde. El citado Observatorio Sirio de Derechos Humanos situó los bombardeos en Alepo y en Idlib, y cifraba en al menos 16 muertos y 20 heridos el balance. Según la entidad, en los cuatro días de ofensiva rebelde han muerto al menos 327 personas. Clave en el éxito o fracaso de la operación será el grado de implicación turca en apoyo de los insurgentes islamistas, por un lado, y de las fuerzas rusas e iraníes en auxilio del régimen de Assad por otro. Con su apoyo a la ofensiva rebelde, Turquía, que la considera una respuesta a una serie de ataques de las fuerzas gubernamentales sirias sobre Idlib en aparente ruptura del statu quo, podría estar jugando sus bazas ante una futura negociación sobre el futuro de Siria en la cuenta atrás para el regreso de Trump.
Según medios oficiales turcos y rusos, los ministros de Exteriores Serguéi Lavrov y Hakan Fidan discutieron ayer la crisis en el noroeste sirio. Los rebeldes son conscientes de la fragilidad de Hizbulá, el coste económico de las sanciones occidentales al principal patrocinador de la milicia chiita, la República Islámica de Irán, y del desgaste del ejército ruso tras casi dos años de guerra en Ucrania. Desde el fin de la guerra civil, que comenzó en 2011, Siria vive en una suerte d conflicto bélico latente. No en vano, desde la partición oficiosa del país en 2020, las fuerzas del régimen controlan algo más del 60 por ciento de la superficie del país, con el resto dividido en dos zonas; una dominada por las Fuerzas Democráticas Sirias, que cuentan con el respaldo de Estados Unidos, y otra por fuerzas islamistas, a la cabeza Hayat Tahrir al Sham, apoyadas por Ankara.
