Como presidente del Congreso del PSOE, el secretario general del PSOE-A tenía su espacio de protagonismo reservado. Una intervención clave de cara al proceso regional que afrontará nada más finalice la cita federal. Sus palabras tenían dos destinatarios. Por un lado, la dirección federal y Pedro Sánchez de cuyo apoyo depende en buena medida el desenlace del congreso andaluz. Por otro lado, los más de 250 delegados socialistas que representan a las agrupaciones andaluzas y que representan el 25% de la militancia. El momento de Espadas llegó tras lo que supone el principal respiro que ha tenido el PSOE en este congreso andaluz: la intervención de la secretaria general del PSOE valenciano, Diana Morant, aclamada por todo el congreso con sus duras críticas a la gestión de Mazón durante la DANA. Como viene escenificando durante los últimos años, Espadas escenificó su cierre de filas con Pedro Sánchez. Defendió la gestión del Gobierno, su labor como secretario general del PSOE, la decisión de haber adelantado el congreso y haberlo celebrado en Sevilla y lo que señaló como su gran logro: «Has conseguido frenar a la ultraderecha como se debe hacer, gobernando y desde el BOE». A partir de ahí defendió la importancia de un cónclave que debe servir para iniciar una nueva etapa: «Os propongo un viaje al centro del corazón del PSOE, para identificar los compromisos. Cuando el PSOE gobierna España avanza». «Aunque algunos se empeñen en evitarlo, lo vamos a volver a hacer. A la derecha y a la ultraderecho les da coraje que en julio se frenara la olan reaccionaria. Por eso atacan con titulares y con denuncias falsas sin pruebas», completó. Pero la mirada de Espadas, y de buena parte del PSOE está puesta en Andalucía. Y de ahí que Juan Espadas pusiera el acento precisamente en trasladar ese mensaje a la situación política autonómica: «En Andalucía volveremos a ganar a gobernar , a la ultraderecha de Vox y del PP. A la derecha dura del negacionismo y a la derecha con piel de cordero, suavona que se disfraza de moderada y dialigante como la de Juanma Mooreno Bonilla, que destroza la sanidad pública en Andalucía, desviando recursos a la sanidad privada, convirtiendo a pacientes en clientes». A la militancia andaluza, además, se dirigieron otros dos los mensajes lanzados por Juan Espadas. Por un lado, su aplauso y reconocimiento a los expresidentes andaluces, José Antonio Griñán y Manuel Chaves, así como a Carmen Martínez Aguayo y Magdalena Álvarez que recibieron a continuación el aplauso del Congreso. No hubo referencia a la otra expresidenta andaluza presente en la sala, Susana Díaz. El segundo mensaje, en torno a los congresos regionales que se avecinan y que arrancarán formalmente el día 2 de diciembre en el caso de Andalucía cuando Espadas anuncie el calendario y la ubicación del cónclave andaluz: «Vamos a renovar a las estructura regionales. Y tenemos que hacerlo pensando que oo somos útliles o dejaremos de ser. Gobernar es necesario para transformar, y es evitar que gobiernen ellos. Ganar para seguir contrsynto y para que no destruyan lo que tanto nos ha costado construir».
