SANTO DOMINGO.-En República Dominicana el 90 por ciento de los partos en centros privados son programados o por cesáreas, y a nivel público superan el 50 %, un problema grave que coloca al país por encima de los niveles de la región del Caribe, y pone a las mujeres en desventajas para su recuperación, contrario a cuando el proceso se hace de forma natural.
Entre los riesgos que pueden enfrentar las madres se encuentran la posibilidad de contraer infecciones y dañar otros órganos, como ocurre en cualquier intervención quirúrgica; además, la recuperación posparto toma más tiempo y con mayor dolor.
Estudios
Investigaciones comprobadas fuera del país, y resultados preliminares de un estudio denominado “Privacidad y libertad de movimiento: el rol del espacio construido en la creación de entornos de resguardo y bienestar para el parto natural”, que realiza la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) dan cuenta de algunos factores ambientales que provocan que las madres retrasen el desembarazo y obliguen al ginecólogo a decidir por el referido tipo de nacimiento.
Basados en la neuroarquitectura, un enfoque que busca entender como los seres humanos son afectados emocional y sensorialmente por el entorno en que se desenvuelven, la arquitecta Heidi González, egresada y coordinadora académica de esa universidad, cita algunos de los factores que inciden en una mejor labor de alumbramiento y en casos adversos obliga a optar por las cesáreas.
“La comodidad del entorno, es decir, de la habitación de la clínica u hospital o sala de parto, el exceso de frío o calor, los ruidos, la falta de privacidad, cantidad de luz, la ausencia de ducha caliente, entre otros factores, pueden estimular a la madre a acortar el tiempo del proceso o retardarlo, como además tener las condiciones para un acompañante”, explicó la profesional que maneja la línea de la nueroarquitectura.
reconoce que, aunque en el país se está “en pañales”, se empieza a comprobar cómo la privacidad ayuda a que la mujer dilate más rápido o lento.
Percepción área reduce estrés y ritmo cardíaco
Seguridad. Heidi González dice que mientras más confortable sea el espacio, la madre se sentirá más segura y relajada, contrario a cuando está en una sala de parto separa por una mampara de tela en que escucha gritos de otros pacientes.
“Somos mamíferos como los animales, entonces en ese tema la arquitectura se ha ido a responder mucho a los procesos médicos.
Sin embargo, cuando tenemos como centro la parte médica entendemos que la naturaleza mamífera tiene unos tiempos para la labor de parto”, refiere. Precisa que la mujer necesita libertad de movimiento y una iluminación adecuada, ya que, en momentos de estrés, estas condicio
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