El Campo de Marte, actualmente uno de los parques más emblemáticos de Lima, guarda una historia que se remonta a épocas antiguas. En sus primeros años, no solo fue un espacio de recreación, sino también el hogar de una pintoresca laguna que, con el tiempo, desapareció por completo. Este cambio fue resultado de la transformación urbanística que sufrió la ciudad, que poco a poco dejó en el olvido al paisaje original y dio paso al ambiente que conocemos hoy.
La laguna del Campo de Marte fue un símbolo de la Lima de antaño, un lugar donde los citadinos solían reunirse para disfrutar de la naturaleza. Su desaparición, sin embargo, fue un proceso largo y controversial que generó diversas explicaciones a lo largo de los años. A continuación, exploramos qué ocurrió con esta emblemática laguna y cómo se veía en sus días de esplendor.
La laguna, en su momento era parte de un terreno que pertenecía al Campo de Marte, un gran espacio de recreación en el centro de Lima, fundado en el siglo XIX. De acuerdo a Marco Antonio Capristán Núñez, investigador de la historia de Lima, es probable que haya sido formada por el Huatica, un canal prismático que abastecía de agua al centro histórico de Lima y que se originaba en el río Rímac. Debido a su belleza las autoridades decidieron mantenerla por un propósito ornamental, pero también cumplía una función práctica, ya que almacenaba agua para el riego en los jardines circundantes. Su forma rectangular, rodeada de árboles y bancos, la convertía en un punto de encuentro popular en la ciudad.
El origen de la zona conocida actualmente como el Campo de Marte en Lima se remonta a la hacienda Santa Beatriz, adquirida inicialmente por los familiares de Nicolás de Ribera, el primer alcalde de la ciudad. A pesar de que el suelo no era muy fértil, la hacienda pasó a ser propiedad de los jesuitas tras ser vendida por los descendientes del burgomaestre. La gestión jesuita transformó el lugar en un próspero punto de cultivo de caña de azúcar, que para 1630 ya abastecía al 50% del consumo de miel de caña en la Ciudad de los Reyes.
Sin embargo, el crecimiento acelerado de Lima a principios del siglo XX, obligó a la zona a experimentar una serie de cambios significativos. La necesidad de expandir las áreas urbanas y construir infraestructuras llevó a la reducción de espacios naturales. Posteriormente, la laguna fue rellenada gradualmente para dar paso a la construcción de nuevos edificios y calles. A pesar de los intentos por preservar el área verde, la laguna fue desecada por completo y en su lugar quedó el actual parque que hoy conocemos como el Campo de Marte.
Aunque la laguna ya no existe, su legado sigue vivo en la memoria de los limeños. La desaparición de este espacio natural marcó un cambio en la manera en que la ciudad comenzó a abordar sus espacios públicos. Hoy, el Campo de Marte sigue siendo un lugar de recreación y es considerado un pulmón verde en medio del bullicio capitalino. A pesar de que ya no se puede ver la laguna que una vez existió, su historia sigue siendo parte del patrimonio cultural de Lima.
La laguna del Campo de Marte, que fue testigo de tantas épocas, hoy solo es un recuerdo de lo que alguna vez fue un refugio natural en el corazón de Lima.