La violencia de género acabó en 2023 con la vida de 58 mujeres, todas ellas asesinadas por quienes eran o habían sido sus parejas. Esta cifra, la peor desde 2015, supera ampliamente la registrada un año antes y arroja una media anual de 59,2 crímenes al año -uno cada 6,2 días- en la serie histórica que va de 2003 a 2023. Algo más de la mitad de estas mujeres tenían nacionalidad española (55,2 %) y eran madres de niños y niñas menores de edad (47,2 %); una de cada cuatro (25,9 %) había presentado una denuncia previa contra su agresor y seis de cada diez (60,3 %) seguía conviviendo con él.
Estos y otros datos están recogidos en el “Informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y doméstica en el ámbito de la pareja o expareja” que cada año elabora el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial y que analiza de forma pormenorizada, a partir de los datos en poder de los órganos judiciales, las muertes de mujeres y de sus hijos e hijas menores por violencia de género dentro del ámbito de la pareja o expareja, así como las muertes por violencia doméstica íntima.
El análisis comparado entre ambos fenómenos delictivos muestra cómo el 87,8 % de los asesinatos en el ámbito de la pareja o expareja fueron cometidos por hombres contra mujeres, mientras que el 10,3 %, lo fueron de hombres a manos de mujeres.
Pese al aumento de los crímenes machistas en 2023, el estudio de la serie histórica revela significativas diferencias entre el primer periodo (2003-2012) y el segundo (2013-2022). El promedio anual en el primer decenio fue de 65,9 asesinatos y en el segundo, de 52,4. Lo mismo ocurre con la frecuencia: en el primer decenio se produjo un caso cada 5,5 días y en el segundo, cada 7 días. La tasa de feminicidios por cada millón de mujeres de más de 15 años también disminuye de la primera a la segunda mitad de la serie histórica al pasar de 3,42 a 2,59. En 2023, se situó en 2,75.
El análisis de los datos extraídos de los expedientes judiciales pone de manifiesto que la violencia de género es un fenómeno criminal caracterizado por la diversidad, pues afecta a todos los ámbitos y orígenes por igual: nacionalidad, clase social, edad, nivel de estudios, grupo étnico, etc. Esa información permite trazar un perfil de la víctima, así como de su agresor, pero no a dibujar las circunstancias socio-económicas y la forma en que éstas pudieran condicionar la relación entre ambos.
En 2023, el perfil de la víctima es el de una mujer con una edad media de 42,9 años, madre, de nacionalidad española en algo más de la mitad de los casos (55,2 %), que convive con su agresor (60,3 %) y que mantiene con él una relación afectiva (70,7 %), ya sea matrimonial o de otro tipo, en el momento de producirse el crimen. Al igual que en años anteriores, más de la mitad de las víctimas (58,7 %) tenían entre 26 y 45 años, aunque esa franja de edad representa menos de un tercio de la población de mujeres mayores de 15 años.
Del total de víctimas, 32 eran españolas (55,2 %) y 26 (44,8 %) procedían de otros diecisiete países: el 34,6 % situados en África; el 26,9 % en América; el mismo porcentaje, en Europa y el 11,5 por ciento, en Asia.
Una de las características que compartían la mitad de las víctimas (55,2 %) era su condición de madres de niñas y niños menores de edad; el porcentaje de víctimas que eran madres asciende hasta el 74,14 % si se tienen en cuenta también los hijos e hijas mayores de edad. De los 58 menores que quedaron huérfanos el pasado año, 37 (63,8 %) eran hijos/as biológicos del agresor. Los otros 21 nacieron durante relaciones anteriores o posteriores de las víctimas. El número de personas que en 2023 perdieron a sus madres, independientemente de su edad, fueron 83.
El agresor es un varón español en el 55,2 % de los casos, con una edad media de 47,3 años (más de 4 años superior a la de las víctimas).
Sólo un 12,1 % de los victimarios se entregaron tras cometer el crimen. La mayoría (56,9 %) fueron detenidos y el 24,1 %, se suicidaron. Respecto de estos últimos, el informe revela que en su mayoría (57,1 %) tenían un vínculo matrimonial con la víctima, una edad media de 55,3 años y nacionalidad española en siete de cada diez casos (71,4 %).
Un año más, el domicilio, común o de uno de los miembros de la pareja o expareja, fue el lugar en el que se registraron ocho de cada diez (77,8 %) feminicidios. En porcentajes muy inferiores, otros escenarios fueron el lugar de trabajo (7 %), un hotel (6 %) o la vía pública (5 %).
El método empleado en el 51,8 % de los casos fue el arma blanca, seguida por el arma de fuego (19,6 %), la asfixia o estrangulamiento (15 %) y los golpes (10,7 %), entre otros. En la serie histórica, el 64,6 % de los feminicidios cometidos con arma de fuego terminaron con el suicidio del agresor.
En 2023 se produjo una llamativa concentración de casos (25 de los 58) en verano: el 10,6 % en junio; el 14,9 % en julio; el 17 % en agosto y el 21,3 por ciento en septiembre. El domingo fue el día de la semana con mayor concentración de feminicidios, con un 36,2 % de los casos.
Una de cada cuatro mujeres asesinadas (25,9 %) había presentado una denuncia previa contra sus agresores, lo que supone 15 de las 58 víctimas. De ellas, cinco mantenían la convivencia con su agresor.
El porcentaje es notablemente inferior al registrado en 2022, año en el que cerca de la mitad de las mujeres asesinadas (40,8 %) habían denunciado la situación de violencia en la que vivían. El análisis de la serie temporal de casos con denuncia previa muestra importantes oscilaciones que van desde el 12,3 % de 2005 hasta el 40,8 % de 2022.
La edad media de las víctimas que en 2023 denunciaron previamente a su agresor fue de 39,1 años, inferior a la media de edad de las 58 víctimas de ese año, situada en 42,9 años.
La mayor parte de las denuncias fueron presentadas por mujeres con edades comprendidas entre los 36 y 45 años (36,8 %). El informe revela que las víctimas que denunciaron a sus agresores pertenecían a todas las franjas de edad hasta los 65 años; no lo hicieron en ningún caso las mujeres con más de 65 años, pese a que el 8,6% de las asesinadas pertenecían a este grupo de edad.
Por nacionalidades, el porcentaje de víctimas mortales extranjeras que denunció a su agresor es superior al de víctimas españolas. Entre estas últimas, habían presentado denuncia el 15,6 %, mientras que en el grupo de las víctimas procedentes de otros países ese porcentaje fue del 38,5 %.
En tres de los 58 casos que analiza el informe, existía una medida de alejamiento en vigor y el asesinato se cometió, respectivamente, en el lugar de trabajo de la víctima, en una playa y en el interior de un hotel. En otros dos casos, habían existido medidas con anterioridad, pero en el momento de los hechos estaban canceladas.
En 2023 hubo dos casos en los que la agresión se extendió a dos personas cercanas a la mujer, que también resultaron asesinadas. En ambos supuestos se trata de hijas menores de las víctimas, de 5 y 8 años. En la serie histórica se han registrado 64 casos de homicidio múltiple con un total de 76 víctimas, de las cuales 39 eran hijos/as menores de las víctimas.
Durante 2023, dos menores fueron asesinados por su padre o por la pareja de su madre en un contexto de violencia de género. La serie histórica arroja un total acumulado de 53 menores muertos, cifra que da visibilidad a la llamada violencia vicaria.
A través del análisis de los datos obtenidos de los expedientes judiciales, el Observatorio busca aportar “herramientas” que puedan servir de apoyo en la toma de decisiones con el fin último de erradicar un fenómeno que causa tanto dolor y preocupación, dada la extrema vulnerabilidad de las víctimas.
La edad media de los dos menores asesinados en 2023 fue de 6,5 años, muy próxima al promedio de edad de la serie histórica, que es de 6,8 años. En la serie histórica, siete de cada diez (71,7 %) hijos e hijas de las víctimas de la violencia machista tenían menos de 10 años.
En cuanto a la nacionalidad, una de las dos víctimas de 2023 era española. Ambas menores convivían con el agresor en el momento de los hechos, pero sólo una de ellas era hija biológica de éste; la otra fue asesinada por la pareja de su madre. En la serie histórica, el 77,4 % de los menores asesinados tenían nacionalidad española y el 81,1 % convivían con el victimario que, en el 83,7 % de los casos era su padre biológico.
Al igual que en los feminicidios, el domicilio es el lugar donde se producen la mayoría de los crímenes -los dos de 2023 y el 74 % de los cometidos desde 2013- y el arma blanca, el método más empleado -en los dos casos de 2023 y en el 40 % de los ocurridos entre 2013 y 2022-.
En uno de esos dos casos, consta la existencia de una denuncia previa. Desde 2013, se registraron denuncias previas en un 28,6 % de los supuestos.
La edad media de los agresores fue de 35 años en 2023 y, en seis de cada diez casos (61,9 %), su nacionalidad española. En 2023, los dos agresores fueron detenidos tras intentar suicidarse. En el periodo 2013-2022, el porcentaje de victimarios que se quitaron la vida después de cometer el crimen fue del 62 por ciento, casi treinta puntos porcentuales por encima de los casos de suicidio tras el feminicidio (32,4 %).
El concepto de violencia doméstica íntima incluye los casos ocurridos en el ámbito de la pareja o expareja siempre que no se trate de una acción ejercida por un hombre contra una mujer (en cuyo caso se trataría de violencia de género). Engloba, por tanto, los casos de muerte de hombres a manos de mujeres y los casos de violencia intragénero, ocurridos en el ámbito de parejas o exparejas homosexuales.
En 2023, fueron 11 las víctimas mortales de la violencia doméstica íntima, la cifra anual más alta desde 2009, año en el que comenzaron a registrarse estos crímenes. El promedio de víctimas mortales desde esa fecha es de 7,7 al año.
Todas las víctimas del pasado año eran hombres, nueve de los cuales fueron asesinados por su pareja o expareja mujer, mientras que los otros dos lo fueron a manos de sus parejas o exparejas hombre. En la serie histórica, el 84 % de los casos son asesinatos de varones a manos de mujeres. La media de edad de las víctimas mortales de 2023 fue de 51,2 años, siendo el promedio de la serie histórica de 49,7 años.
Nueve de las once víctimas mortales tenían nacionalidad española, siendo España el país de origen del 75,4 % de las personas asesinadas desde 2009.
La misma cifra (9 de las 11 víctimas) convivían con su agresor/a, una circunstancia que en la serie histórica se ha dado en el 83,2 % de los casos. En cuatro de los supuestos objeto del informe, existía o había existido un vínculo matrimonial. Entre 2009 y 2022, en el 85,2 % de los casos se mantenía la relación.
Dos de las once víctimas mortales de 2023 tenían hijos menores de edad. Desde 2009, un total de 47 menores quedaron huérfanos por el asesinato de sus progenitores.
En 2023, el domicilio común fue el escenario del crimen en nueve de los once casos registrados y el arma blanca, el método empleado para causar la muerte en ocho de ellos. En la serie histórica, el porcentaje de muertes ocurridas en el domicilio común es del 74,8 % y el del uso del arma blanca, del 66,4 por ciento.
La edad media de los agresores/as fue de 42,9 años, muy similar al promedio del periodo 2009-2022, en el que fue de 43,8 años. La mayoría de los agresores/es (6) tenían nacionalidad española y nueve de ellas eran mujeres. Sólo en uno de los casos de 2023 se registró el suicidio del agresor/a, circunstancia que en la serie histórica se ha dado en el 9 % de los casos. En el 76 % de los supuestos ocurridos desde 2009, se produjo la detención.
En dos de los once casos ocurridos en 2023 hay constancia de denuncia previa de la víctima hacia su agresor, precisamente en los que se trató de agresores varones.
Tres de los once casos analizados se enmarcan en la llamada “violencia de respuesta”, pues existe constancia de denuncias previas por malos tratos presentadas por la agresora contra quien resultó siendo finalmente víctima. Desde 2009, se han registrado 24 casos de “violencia de respuesta”, cifra que representa el 23,8 % del total.
El estudio comparado de los casos de homicidio o asesinato en el ámbito de la pareja o expareja desde 2009 hasta 2022 permite concluir que se produjeron un total de 942 muertes. De ellas, 827 (87,8 %) causadas por un hombre a una mujer; 97 (10,3 %) causadas por una mujer a un hombre; 14 (1,5 %) de hombre a hombre y 4 (0,4 %) de mujer a mujer.