Me temo que con las terribles consecuencias de la Dana ocurra como con tantas catástrofes, que se acabe olvidando y quede a merced de escasas fuerzas la reconstrucción de tanta desolación. Decíamos hace poco que parece no interesarnos ya los desastres de Ucrania o el inmediato Oriente. Aunque la normalización de la zona afectada por la gota fría va a requerir demasiado tiempo y será difícil que pueda olvidarse, por más que las administraciones vayan durmiendo progresivamente su entusiasmo. Contemplar las montañas de los vehículos apilados, los garajes plenos de barro, la destrucción por doquier suponen un doloroso recordatorio para cualquier sensibilidad y un llamamiento a emprender con prontitud políticas preventivas de otras desgracias similares que pudieran acaecer en el...
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