El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha entregado varias lecciones hasta el momento. Una de ellas es que nunca sabes cuándo vas a necesitar de aquella persona que apuntaste con el dedo. Eso le ha sucedido al dueño de Meta, Mark Zuckerberg, quien ha pasado de haber suspendido al ex mandatario de Facebook a visitarle en su mansión de Mar-a-Lago, convirtiéndose en el más reciente multimillonario en hacer acercamientos al republicano antes de que vuelva a ser en el hombre más poderoso del mundo.
El primero en confirmar la visita de Zuckerberg al club de Trump en Palm Beach (Florida) fue el asesor de Trump, Stephen Miller, quien aseguró que el empresario «ha sido muy claro acerca de su deseo de apoyar y participar en este cambio que estamos viendo en toda América, y en todo el mundo, con este movimiento de reforma que lidera Donald Trump».
Miller dijo además que «Mark Zuckerberg, como muchos líderes empresariales, entiende que el presidente Trump es un agente de cambio, un agente de prosperidad». El asesor añadió que el CEO tecnológico «tiene sus propios intereses», pero ve el segundo mandato de Trump como una oportunidad para una «renovación nacional». «Mark, obviamente, tiene sus propios intereses, tiene su propia empresa y su propia agenda», expresó Miller. «Pero ha dejado claro que quiere apoyar la renovación nacional de Estados Unidos bajo el liderazgo del presidente Trump».
Es precisamente este concepto de «renovación nacional» lo que ha llamado la atención, porque no está claro si va en la línea de otros multimillonarios como Elon Musk, dueño de X, quien ha convertido su red social en una plataforma que, según varios expertos, prima contenido de usuarios conservadores en las conversaciones digitales y sirvió durante la campaña como tribuna de Trump.
El acercamiento también trae el debate sobre si Facebook, que a través de una agencia de observación alterna había cambiado hace varios años sus reglas para garantizar la integridad del sitio, lo que derivó en la suspensión de Trump de la plataforma durante la época del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, dará la bienvenida a cualquier cosa que se diga.
Pero también, según ha dicho el propio Miller, hay mucho de simpatía personal en este nuevo acercamiento. En julio, Zuckerberg elogió a Trump por su reacción desafiante tras el intento de asesinato el 13 de julio en Butler (Pensilvania). «Ver a Donald Trump levantarse después de recibir un disparo en la cara y alzar el puño en el aire junto a la bandera estadounidense es una de las cosas más impresionantes que he visto en mi vida», dijo Zuckerberg a Bloomberg, pocos días después del ataque. «En cierto nivel, como estadounidense, es difícil no emocionarse con ese espíritu y esa lucha, y creo que por eso mucha gente lo aprecia», agregó entonces el multimillonario.
La visita de Zuckerberg a Mar-a-Lago no es la primera interacción del fundador de Facebook con el líder republicano. En agosto, Trump aseguró que Zuckerberg le había llamado para disculparse por un error cuando Facebook etiquetó erróneamente una foto suya que se volvió viral en su plataforma y que involucraba contenidos que afectaban su campaña. «Él realmente se disculpó. Dijo que cometieron un error... y que están corrigiéndolo», dijo el republicano calificando esa interacción de «realmente valiente» por parte del empresario.
«E incluso anunció que no apoyará a un demócrata porque no puede, ya que me respetó por lo que hice ese día», continuó el republicano. «Creo que lo que hice... para mí, fue una respuesta normal», manifestó en relación a su reacción durante el atentado.
Aunque estos primeros pasos para enmendar la relación tuvieron lugar durante el momento más fuerte de la campaña de Trump, cuando todos los demócratas pensaban en abandonar a Joe Biden, entonces candidato, a su suerte mientras efectivamente el republicano ganaba tracción por su reacción tras el primer atentado, podrían ser un avistamiento de la cercanía que el magnate inmobiliario planea tener en este segundo mandato con los empresarios que tienen la capacidad de moldear la narrativa pública.
Estas acciones no son extrañas y van enmarcadas en una nueva estrategia de relacionamiento con los ciudadanos. Recientemente su hijo Donald Trump Jr. dijo que la próxima Casa Blanca está evaluando la posibilidad de reducir la influencia de los medios tradicionales para incorporar a blogueros y reporteros “independientes” en los accesos a las fuentes primarias de Gobierno. Se trata de un movimiento que podría transformar la dinámica de la sala de prensa de la Casa Blanca, bajo el argumento de que mantener a los medios convencionales simplemente porque “han estado allí por mucho tiempo” no es la mejor práctica.