Tras el fin de semana marcado por el congreso del PSOE en Sevilla y del congreso de Esquerra en Barcelona, el Gobierno afrontará el principal reto que tiene por delante para sobrevivir y culminar la legislatura en 2027: la aprobación de los Presupuestos de 2025. Sin embargo, no lo va a tener nada fácil porque Junts, que es un partido imprescindible para que las Cuentas salgan adelante, va a poner un precio muy elevado. De hecho, desde el partido auguran que va a ser «imposible» aprobar los Presupuestos porque el Gobierno «se va a encontrar 100 veces más dificultades» que con la reforma fiscal que salió adelante la semana pasada: «Deben muchos millones a Cataluña».
Junts es el partido que siempre ha puesto encima de la mesa las balanzas fiscales en Cataluña y, con esos cálculos, elaboraron el pasado año un estudio que cifraba la deuda histórica del Estado con la autonomía en 450.000 millones de euros, teniendo en cuenta incumplimientos y transferencia de recursos. Por tanto, los Presupuestos parecen el mejor mecanismo para exigir al Estado el cumplimiento de todas las promesas, algo que va a tensionar mucho las negociaciones e, incluso, el congreso de este fin de semana del PSOE en Sevilla, que va a incluir una carpeta importante sobre financiación autonómica.
Además, los posconvergentes necesitan cesiones de impacto, tal y como han conseguido con la reforma fiscal acordada con el Gobierno que ha dejado fuera el impuesto a las energéticas para favorecer las inversiones en Tarragona, ya que no están en la Generalitat gobernando y necesitan capitalizarlo electoralmente. En este sentido, tampoco parece que estén muy contentos tras la maniobra de Salvador Illa, anunciando y rentabilizando en el Parlament un acuerdo inmediato por el traspaso de competencias en inmigración, que realmente es un logro de Junts.
Ahora, tanto en Junts como en Esquerra señalan que no han dado inicio las negociaciones. Los republicanos aseguran que fueron ellos mismos los que pidieron que, hasta que el partido no escogiera a la nueva dirección en el congreso de este fin de semana, no se comenzaran las conversaciones porque el rumbo de la formación variará en un sentido u otro. No obstante, a efectos presupuestarios, las dos candidaturas con más opciones de alcanzar el poder del partido (la de Oriol Junqueras y la de Xavier Godàs) tienen la intención de mantenerse en la negociación con el Gobierno pese a que sí avisan de que van a ser exigentes. «Ahora mismo, ningún socio del Gobierno, incluso Junts, tiene incentivos para que no haya Presupuestos», señalan desde Esquerra, aunque hay quien también cree que los de Carles Puigdemont y Míriam Nogueras ya no van a votar nada más a favor del Gobierno.
En Esquerra sitúan los focos sobre todo en Junts y, en cierta medida, en Podemos. Los morados han exigido la ruptura de relaciones con Israel y una rebaja del alquiler en un 40%, que parecen exigencias muy complicadas de lograr. No obstante, por medio también va a estar la negociación para recuperar el impuesto a las energéticas, algo a lo que Junts se opone frontalmente ya que los posconvergentes van día tras día dando muestras de las diferencias ideológicas con los socios de izquierdas del Gobierno, que van a alargarse toda la legislatura en el ámbito fiscal y de vivienda.
Sin Presupuestos, el Gobierno tiene muy difícil sobrevivir hasta 2027 ya que supondría asumir una segunda prórroga presupuestaria: desde 2023, no se han vuelto a aprobar las Cuentas.