Tuvalu, una pequeña nación insular del Pacífico, enfrenta una amenaza existencial debido al aumento del nivel del mar causado por el cambio climático. Sus nueve islas de coral, que han sido su hogar durante generaciones, están siendo devoradas lentamente por el océano, poniendo en riesgo la habitabilidad del país. Ante este futuro incierto, el gobierno de Tuvalu ha decidido dar un paso radical hacia la preservación de su cultura y territorio: crear una réplica digital de toda la nación. Si bien este proyecto no podrá salvar el patrimonio físico, busca garantizar la soberanía del país en un posible futuro, en el que el territorio quede bajo el agua.
El proyecto de Tuvalu ha captado la atención mundial por su enfoque innovador y por la complejidad que implica replicar virtualmente una nación entera. Desde sus paisajes naturales hasta sus casas, las islas y tradiciones del país serán preservadas en el metaverso. Este esfuerzo digital no solo tiene un valor simbólico, sino que también tiene implicaciones prácticas para la supervivencia política de Tuvalu como Estado, ya que las normas internacionales actuales no reconocen a los países que han perdido su territorio. A través de esta iniciativa, Tuvalu busca garantizar que sus derechos y su cultura continúen siendo reconocidos, incluso cuando el país físico deje de existir.
El principal objetivo de la creación de la réplica digital de Tuvalu es preservar la identidad cultural y los derechos de los 11.000 ciudadanos de la nación. En el proyecto Digital Nation, el gobierno de Tuvalu recreará su territorio en el metaverso, incluyendo desde las playas hasta las casas, e incluso los árboles que adornan el paisaje de las islas. A través de la digitalización de objetos sentimentales y recuerdos de los ciudadanos, se busca mantener viva la historia de la nación para las generaciones futuras. Además de la preservación cultural, este país digital podría permitir a Tuvalu mantener su soberanía en el ámbito internacional, dado que el derecho internacional requiere que un Estado tenga un territorio físico definido.
"Nuestra tierra, nuestro océano, nuestra cultura son los bienes más preciados de nuestra gente y, para mantenerlos a salvo de cualquier daño, sin importar lo que suceda en el mundo físico, los trasladaremos a la nube", expresó el ministro de Asuntos Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe.
Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es la posibilidad de crear pasaportes digitales basados en tecnología blockchain, lo que permitirá a los ciudadanos de Tuvalu seguir siendo parte de la nación, incluso cuando ya no residen en las islas. Este sistema podría incluir procesos de votación electrónica y la celebración de referendos, lo que permitiría a Tuvalu seguir siendo una entidad política aunque el país físico desaparezca. Sin embargo, el proyecto no está exento de controversia. A pesar de la innovación, hay quienes critican la viabilidad del concepto de un "país digital", ya que argumentan que esta dependería de recursos tecnológicos intensivos, lo que podría contribuir a los mismos problemas ambientales que Tuvalu intenta mitigar.
A pesar de la importancia del proyecto digital, Tuvalu enfrenta la realidad de que, si no se toman medidas urgentes, gran parte de su territorio desaparecerá bajo el agua en las próximas décadas. Según un informe de la NASA, para 2050, gran parte de la infraestructura crítica de Tuvalu estará por debajo del nivel de la marea alta, lo que pondrá a la nación en una situación aún más vulnerable. Además de la creación de la réplica digital, Tuvalu continúa en busca de formas de adaptarse a los cambios climáticos, como la construcción de diques y la reubicación de parte de su población. Sin embargo, el proyecto del metaverso se presenta como una estrategia innovadora para asegurar que, aunque el país físico ya no exista, la nación y su cultura continúen vivas en la esfera digital.
