Los 30 parlamentarios del PSOE y los dos del grupo mixto Adelante Andalucía dejan vacíos sus escaños en plena sesión de control, después de que el presidente de la Cámara diera la palabra al portavoz del PP y se la negara a la socialista en una situación similar
La consejera de Salud sugiere que los contratos a dedo investigados por el juez evitaron más muertos en Andalucía
Los 30 diputados del PSOE y los dos del gurpo mixto Adelante Andalucía se han levantado de sus escaños y abandonado el pleno del Parlamento andaluz en protesta contra su presidente, el popular Jesús Aguirre, a quien acusan abiertamente de actuar como “juez y parte” para favorecer al PP en detrimento del resto de grupos.
Ha sido el desenlace de una sesión de control tensa, a ratos crispada, en la que los tres grupos de oposición de izquierdas han obligado al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, a responder por los contratos de emergencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que investiga un juzgado de Sevilla por un supuesto delito de prevaricación, y en el que está imputada la actual gerente, Valle García, y sus dos antecesores.
Los escaños de toda la izquierda se han quedado vacíos -los cinco diputados de Por Andalucía ya estaban fuera en el momento de la acción protesta de PSOE y Adelante- justo en el turno del portavoz del PP, Toni Martín, que cierra las preguntas de control a Moreno. “La irresponsabilidad de un grupo parlamentario que abandone el pleno, no sé si hay precedentes en la historia de este Parlamento”, se lamentó Martín, mientras los parlamentarios de la izquierda desfilaban en dirección al exterior.
En realidad, sí que hay precedentes. De hecho, el expresidente del PP andaluz, Javier Arenas, es quien tiene la patente de las espantadas de diputados de la oposición en sesiones plenarias, también enfadados y como acción protesta contra el presidente de la Cámara de turno, durante los gobiernos del PSOE.
Esta vez es la primera vez que lo hacen los socialistas en la oposición desde que gobierna Moreno, hace seis años. Pero la escena es muy similar a la de entonces: en una sesión de control y por enfado de sus señorías cuando el presidente de la Cámara le niega el turno a un portavoz de grupo o a un diputado por alusiones.
Aquí la bronca venía precedida de las preguntas que la izquierda ha dirigido al presidente andaluz, acusándole de “corrupción política” por los contratos a dedo del SAS. El portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, ha usado los informes de la Intervención que cuestionan esas adjudicaciones a dedo a clínicas privada, “cuando la pandemia ya estaba muy atemperada”, y ha acusado a Moreno de mantener en el cargo a la gerente del SAS después de ser imputada por el juez.
Cuando ha terminado su turno, el portavoz del PP ha abierto su micrófono para pedirle al presidente del Parlamento que ordenase retirar del diario de sesiones la palabra “imputada”, que Martín consideró una afrenta al Gobierno andaluz y a su propio grupo. Aguirre le ha permitido hablar -aunque no le tocaba ni el diputado popular ha invocado el artículo del reglamento que le permite intervenir por alusiones- y acto seguido ha preguntado a García que si aceptaba retirar la palabra “imputada”.
Éste se ha encogido de hombros. “Yo no puedo imputar, quienes imputan son los jueces, y hay una gerente imputada, ¿no?”. El presidente de la Cámara ha ordenado que se retirase esa mención del diario de sesiones.
Lo que ha cabreado a las izquierdas es que minutos después se ha repetido la misma escena, pero a la inversa. El portavoz de Vox, Manuel Gavira, ha centrado parte de su discurso en hablar de la corrupción señalando al PSOE de Pedro Sánchez y al sindicato UGT Andalucía, cuyo exsecretario general había sido condenado un día antes por la Audiencia Provincial de Sevilla a tres años de cárcel y 50 millones de multa por un fraude en las subvenciones públicas que recibió.
Gavira ha llamado a UGT “sindicato corrupto” y ha exigido a Moreno que le retire todas las ayudas que actualmente le otorga la Junta. Es entonces cuando la portavoz del PSOE andaluz, Ángeles Férriz, ha abierto su micrófono para reclamar también al presidente del Parlamento que retire la palabra “corrupto” del diario de sesiones. Pero a Férriz, al contrario que al diputado del PP, no se le ha oído. Aguirre le ha cortado el micrófono varias veces desde su escaño en la Mesa de la Cámara, advirtiéndole de que “no era su turno”.
La portavoz socialista lo ha intentado varias veces, entrecortada, se le ha escuchado decir sin micrófono que estaba pidiendo lo mismo que minutos antes había pedido su homólogo del PP, pero Aguirre se lo ha impedido. Quien ha terminado las palabras de Férriz ha sido el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, en su turno de preguntas de control al presidente Moreno.
Espadas se ha quejado del trato desigual que le ha dado Aguirre a su compañera y, más tarde, ya fuera del pleno, se ha quejado de tener que usar parte de su tiempo de control al presidente para defender el derecho de su grupo a exigir “un trato igual”. “El presidente del Parlamento andaluz actúa como juez y parte y no puede hacerlo”, ha dicho. Espadas es quien ha pedido a Aguirre que retire la palabra “corrupto” en referencia a UGT, algo a lo que finalmente ha accedido tras reiterárselo después de su cara a cara con Moreno.
El portavoz de Vox se ha negado a retirarla de motu propio -“¡no la retire, no puede!”-, pero el presidente de la Cámara ha obrado de la misma manera que minutos antes con el diputado de Adelante.
Este ambiente bronco está necesariamente ligado a la estrategia del PSOE para socavar la mayoría absoluta de Moreno tras la apertura de la investigación judicial por los contratos de emergencia. 24 horas antes, la consejera de Salud, Rocío Hernández, ya tuvo que rendir cuentas ante las preguntas de la oposición, aferrándose a la crisis sanitaria desencadenada por la pandemia para justificar la prórroga de los contratos a dedo con clínicas privadas entre 2021 y 2023, que investiga un juez.
Moreno ha usado el mismo relato que su consejera, apelando a la pandemia, los muertos, los contagiados y la dificultad a la que se enfrentaron los sanitarios, y ha acusado a las izquierdas -singularmente al PSOE- de “cruzar una línea roja” en su labor de oposición. “Usted quiere este show porque lo necesita”, le ha recriminado a Espadas, acusándole de seguir “obedientemente la agenda política de Ferraz”. “Si cree en la Justicia, déjela correr, y ya veremos quién tiene que dar explicaciones en los próximos años”, ha zanjado.