Antes del segundo Clásico de la temporada, en el primero, la semifinal de la Supercopa, se impuso el Madrid por 89-83, pocas reflexiones tan certeras como la de Chus Mateo. «Somos dos equipos que quieren mejorar y que no están satisfechos al cien por cien con su rendimiento», comenta el técnico del Real Madrid. Su equipo visita el Palau sin conocer este curso la victoria como visitante en la Euroliga y qué mejor lugar para iniciar la cuenta que en Barcelona. El Barça de Joan Peñarroya persigue una regularidad que aún no ha encontrado. «Es pronto», dice su entrenador.
Si hay un jugador que personifica esa irregularidad es Willy Hernangómez. En su segunda temporada de azulgrana, ya con 30 años, sigue sin ser el jugador franquicia que apunta su salario. Es el mejor pagado de la plantilla con casi 2,5 millones limpios por curso, tiene contrato hasta 2026, pero el paso al frente que se esperaba en los despachos del Palau no se concerta. La salida de Roger Grimau y la llegada de Joan Peñarroya no han cambiado su estatus en la plantilla. Si algo caracteriza el baloncesto de Peñarroya es la intensidad y ese es el gran hándicap en el juego del madrileño. Su productividad en ataque contrasta con su condición de agujero en defensa y para el nuevo técnico su presencia en pista sigue sin compensar.
Willy es el tercer pívot en la rotación culé. Vesely, con 34 años, sigue siendo cabeza de cartel y Metu se ha revelado como un elemento que aporta versatilidad al juego azulgrana. Fall, el enésimo «antiTavares», está obligado a ser importante. Metu, lesionado, no reaparecerá hasta 2025 y aquí surge la enésima oportunidad para Willy, aunque el aviso que ha lanzado Peñarroya antes del Clásico ha sido tajante: «Nuestra labor defensiva en los últimos tres partidos ha sido mejorable –más de 100 puntos de media encajados ante París, Valencia y Bayern–. Sabemos que lo podemos hacer mejor y el Clásico es un buen día para dar un paso adelante».
Los números no ocultan la mejorable aportación de Willy. En Euroliga juega 15 minutos por partido, en ninguno ha alcanzado los 20, anota 8,3 puntos y atrapa 3 rebotes. Vesely le supera en todos los apartados y Metu está más tiempo en cancha anotando casi lo mismo y reboteando algo más. En ACB los números son similares: 8 puntos y 3,8 rebotes también en 15 minutos. Vesely y Metu le superan en minutos y anotación y Fall, con menos tiempo en pista, rebotea más.
Su ausencia en partidos como ante el Partizán en Belgrado, ante el Baskonia en el Palau o con Unicaja en Liga Endesa, en el choque más exigente de lo que va de curso en la competición local, revelan su papel secundario. Eso contrasta con su peso en el vestuario. Todos sus compañeros, en la NBA, en la selección y en el club hablan maravillas de él, pero en la pista la cosa cambia. La falta de ambición, instinto asesino y ambición le impiden por ahora ser determinante que es para lo que se le fichó.
El fichaje que se estrenará hoy de azulgrana será el de Raúl Neto. El Barça busca con el brasileño dirección, defensa... otro elemento más que incomode a Campazzo. Chus Mateo da la clave para buscar la victoria en el Palau: «Hay que ser un poco más disciplinados cuando jugamos fuera de casa, ser rigurosos en lo que jugamos, controlar las pérdidas y no hacer errores tontos. Tenemos que ser más cautos. A lo mejor no tenemos el equipo tan alegre y tan vistoso que podíamos tener el año pasado, donde había cosas que fluían por sí solas. Hay que ser un poco más disciplinados y más rígidos».