El teniente coronel retirado Keith Kellogg tiene un plan para acabar con la guerra de Ucrania. En junio pasado, dio algunos detalles de la estrategia que debería seguir el gobierno de EEUU para obligar a Vladimir Putin y a Volodimir Zelenski a sentarse para negociar un final al conflicto. Horas después de ser elegido por Donald Trump como enviado especial para la guerra de Ucrania, está por ver si Kellogg seguirá manteniendo las principales conclusiones de su dictamen.
La premisa del nuevo alto cargo -forma parte del think tank conservador America First Policy Institute- es que no habrá un final con una victoria militar en Ucrania. Bajo esta idea redactó un plan de paz en colaboración con Fred Fleitz y lo presentó a Trump antes del verano. Dicho informe se centra en forzar negociaciones rápidas entre Rusia y Ucrania bajo la premisa de reducir el apoyo militar estadounidense si Ucrania se rehúsa a participar en dichas conversaciones. Simultáneamente, se amenazaría a Rusia con intensificar el apoyo militar a Ucrania si no accede a negociar. “Les decimos a los ucranianos: tienen que sentarse a negociar, y si no lo hacen, el apoyo de Estados Unidos se acabará", dijo Kellogg a la agencia Reuters sobre el plan. "Y le decimos a Putin: tiene que sentarse a negociar, y si no lo hacen, entonces les daremos a los ucranianos todo lo que necesiten para matarlos en el campo de batalla".
Los elementos principales del plan incluyen un cese del fuego sobre las líneas actuales de enfrentamiento entre ambos ejércitos: no se exige que Ucrania ceda formalmente territorio, pero se reconoce que recuperar todo el territorio ocupado no es realista a corto plazo. Otro elemento clave del plan es retrasar el ingreso de Ucrania en la OTAN para ayudar a convencer a Putin, ofreciendo a Kiev garantías de seguridad adicionales. También se aborda la cuestión de que mantener un apoyo militar continuo a Ucrania armando al país para asegurar su defensa futura.
Por último, el plan incluye la elección de un mediador internacional que probablemente no sería europeo. De hecho, se menciona a Trump como posible negociador, resaltando su experiencia previa hablando directamente con Putin. El plan también destaca la necesidad de gestionar el conflicto antes de que se convierta en una guerra aún más larga y devastadora, con efectos demográficos y económicos irreversibles para Ucrania.
Tal y como escribió en un artículo en 2023 el propio Kellogg, "este resultado representaría una derrota estratégica para Rusia y un fortalecimiento de la seguridad nacional estadounidense y de la alianza occidental".
Durante la primera presidencia de Trump, Kellogg fue asesor de seguridad nacional del ex vicepresidente Mike Pence y jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional. Kellog no es el único alto cargo de la administración de Trump que quiere poner fin al conflicto cuanto antes. El vicepresidente electo JD Vance también se opone a una mayor entrega de armas a Kiev. La gobernadora de Dakota del Sur y candidata a secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, también ha afirmado que la guerra es "la lucha de Europa, no la nuestra".
Trump no ha explicado aún como pretende poner fin a la guerra. En el pasado afirmó que acabaría con el conflicto en 24 horas. También culpó a Ucrania al asegurar que podría haber evitado la guerra haciendo concesiones a Rusia antes de la invasión.