La titular de Trabajo persigue un triple propósito: que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo, que se alcance por fin el 60% del salario medio nacional como recomienda la Carta Social Europea y que las futuras subidas salariales queden reguladas y aumenten automáticamente sin que tengan que estar al albur del gobierno de turno o de su aprobación en el Congreso de los Diputados.