Rusia ha expulsado a un diplomático británico que trabajaba en la embajada de Moscú, tras acusarle de haber cometido espionaje. El ministerio de Exteriores ha justificado esta decisión, afirmando que el presunto espía proporcionó de forma intencionada información falsa a modo de tapadera, para ingresar en el país, recoge la 'CNN'.
Desde el ministerio de Asuntos Exteriores aseguran contar con indicios de que el diplomático británico "realizaba trabajos de inteligencia y subversivos" en territorio ruso. Una vez identificado, el medio estatal TASS, desvela que la cartera de exteriores procedió a la revocación de su acreditación diplomática, proporcionándole además un máximo de dos semanas para abandonar territorio ruso. El órgano también ha convocado al embajador británico en Moscú, Nigel Casey, para abordar el incidente.
Unas acusaciones que han contribuido a empeorar aún más las ya complicadas relaciones diplomáticas entre Rusia y Reino Unido. El gobierno británico se ha pronunciado sobre este incidente a través de un comunicado, en el que ha recordado que no es la primera vez que el Kremlin ha hecho acusaciones "maliciosas e infundadas" contra su personal. De igual manera, han prometido responder "a su debido tiempo".
Moscu asegura que el británico, identificado por el 'Moscow Times' como Edward Pryor Wilkes, fue presuntamente enviado hasta la capital de la Federación de Rusia para reemplazar a uno de los seis diplomáticos británicos que fueron acusados de espionaje en agosto.
En esta ocasión, nuevamente, el servicio secreto ruso afirmó haber recibido documentos que probaban que los diplomáticos habían sido enviados a Rusia por una división de la Oficina de Exteriores de Reino Unido que tendría el objetivo de "infligir una derrota estratégica a nuestro país". Algunos medios rusos apuntaron a que el grupo de diplomáticos se podría haber reunido con actores contrarios al régimen de Putin.
Semanas antes de este incidente, Reino Unido llevó a cabo acciones similares en su territorio contra un ciudadano ruso. El gobierno británico decidió revocar las credenciales de un miembro de la embajada de Moscú en Londres. También tomaron otras medidas adicionales como no permitir a sus diplomáticos permanecer en Reino Unido más de cinco años.
Ya a principios de noviembre, el director general del MI5, Ken McCallum, advirtió que los servicios de espionaje del Kremlin se estaban centrando en generar el caos en las calles de Europa. Según McCallum, Rusia, Irán y China, entre otros actores estatales, estarían apoyándose en narcotraficantes y delincuentes de bajo nivel para provocar incendios, sabotajes y atentados en el viejo continente.