Con el paso del tiempo comienzan a aparecer signos de envejecimiento, como arrugas en la piel, dolores en las articulaciones y el desgaste de los huesos.
Una excelente forma de aliviar estas molestias es sumar alimentos ricos en nutrientes y proteínas, como el colágeno que tiene propiedades antiinflamatorias y ayuda a rejuvenecer la piel.
El colágeno es una proteína producida de forma natural por nuestro cuerpo. Además, se puede encontrar en alimentos como carne, gelatina, frutas y verduras.
Esta sustancia proteica es clave para unir y dar sostén al cuerpo. Además, es responsable de conferir firmeza y elasticidad a la piel, previniendo el surgimiento de arrugas, estrías y líneas de expresión.
Según el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), "una de sus funciones es la de proveer de estructura a la mayor parte de nuestro cuerpo, ya que es la unidad estructural de huesos y articulaciones, músculos y piel, así como de otras partes corporales como venas, arterias, córneas y dientes".
El licuado es una de las mejores opciones para aportar colágeno al cuerpo y estimular su producción. Existen varias combinaciones de alimentos, sin embargo, el batido de naranja, espinaca y pepino es una de las mejores.
Esta combinación de frutas y verduras aporta grandes cantidades de hierro, fibra y antioxidantes como la vitamina C y flavonoides, ideales para reducir la inflamación y fortalecer los huesos.
Para preparar el licuado natural rico en colágeno tan solo son necesarios los siguientes ingredientes:
Una dieta rica en alimentos que estimulan la producción de colágeno de forma natural puede ser muy efectiva para aliviar todos los dolores de articulaciones y mejorar la apariencia de la piel.
Entre los alimentos ricos en esta proteína se pueden encontrar las carnes magras, gelatina, huevos, lácteos y algunas verduras como champiñones y espárragos.
Además, para promover una adecuada síntesis de colágeno, es importante consumir nutrientes esenciales como la vitamina C, que se encuentra en los cítricos y semillas; el zinc, presente en la carne de vaca y de cerdo, así como en lácteos y nueces; y el cobre, el cual se puede obtener de las lentejas y nueces.