El secretario general del PSOE-M, Juan Lobato, ha anunciado que dimite de su cargo tras el huracán desatado por su registro en notaría de una conversación con un cargo de Moncloa que le reenviaba el email en el que presuntamente confesaba delitos fiscales la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y lanza críticas a la dirección nacional del PSOE.
El socialista ha comunicado esta decisión después de que este martes echara un pulso a Ferraz, se aferrara a la Secretaría General y criticara el "linchamiento" por parte de los dirigentes de su partido. "He tomado la decisión de no continuar", ha trasladado en una carta a la militancia enviada a los medios de comunicación.
Pone fin a las voces prácticamente unánimes dentro del PSOE-M que reclamaban su cabeza tras haber "traicionado" al partido. Trasladaban a Europa Press que el lunes se le empezaba a cuestionar en público y ayer se condenaba. Mientras tanto, los socialistas madrileños esperan la llegada del ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, como apuesta de Ferraz para poner fin a un nuevo capítulo convulso de la federación madrileña.
"Lo hago para poner freno a una situación de enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido, que sólo iba a dañar al PSOE en Madrid y a los avances en la unidad que habíamos conseguido en estos tres años", ha explicado el exlíder socialista.
Asegura que su objetivo "siempre ha sido construir" un "proyecto ambicioso y con ilusión para Madrid y así debe seguir siendo en el futuro". En su misiva reafirma su "compromiso" con el PSOE, que "seguirá ahí" a pesar de que ahora dé "un paso al lado del liderazgo".
"Asumiré mi responsabilidad como militante para ayudar al partido a continuar trabajando para mejorar la vida de la gente. Como siempre, junto a los miles de mujeres y hombres que compartimos militancia y a los millones de ciudadanos que no nos resignamos a ser solo espectadores en esta sociedad", prosigue la carta de Juan Lobato, quien ha afirmado que no cree en la "destrucción del adversario, en la aniquilación del que discrepa y del que piensa diferente".
Ha afirmado que ninguno es "imprescindible" y que es "mucho más importante proteger" lo que "fomenta la buena política". "Sin duda mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene", ha remarcado.
Al hilo, ha reafirmado su apuesta por la "política con mayúsculas", que ha identificado con "gente con distintas opiniones puedan sumar y aportar ideas". "Es la política que he aplicado en cualquier lugar o posición en la que he representado a la ciudadanía y a mi partido. La que escucha, la que argumenta, la que no insulta o aniquila al propio o al de enfrente, sino que trata de convencerle y buscar puntos en común. No contemplo otra forma de hacer política", ha planteado.
De hecho, ha descrito al PSOE como un partido en el que "no se ataca o se denosta al que no coincide con la opinión de la dirección del partido en cada ámbito territorial" y ha reivindicado a la formación como una "organización abierta que se alimenta del debate entre todos". "Un partido que debe tomar las decisiones por mayoría y esas decisiones se deben argumentar, compartir y no imponer", ha espetado.
Asimismo, ha agradecido el "inmenso apoyo" que ha recibido estos días de "miles de militantes de toda España", añadiendo que espera que no sea una "decepción" para ellos.
"Termino esta etapa política esperando haber estado a la altura de lo que mis padres, profesores y muchos referentes del partido me enseñaron. Y también a la altura de lo que yo intento transmitir a mis hijos cada día. Muchas gracias a los miles de militantes que han llevado a cabo este trabajo. Y todo mi apoyo a la próxima dirección del partido para que pueda hacer el mejor trabajo posible en Madrid y en España", remata el texto del ya exsecretario general del PSOE-M.