La Inteligencia Artificial (IA) está cambiando el mundo tal y como lo conocíamos hasta ahora, y todo apunta a que esto no ha hecho más que empezar. Todos los sectores recurren a ella y seguirán haciéndolo para, fundamentalmente, optimizar el rendimiento de otras técnicas y procesos tradicionales, con el objetivo final de mejorar la calidad de los servicios ofertados a toda la población.
El futuro económico y social de todos los países del planeta dependerá del uso y de la gestión de esta nueva tecnología, y las generaciones venideras convivirán desde el principio con un mundo más preparado e inteligente.
Por este motivo, LA RAZÓN, en colaboración con la Universidad Carlos III (UC3M), ha organizado seis encuentros que tienen como objetivo debatir sobre la IA, o lo que es lo mismo, analizar los retos, oportunidades y desafíos que este concepto plantea en diversas áreas de índole económico y social de especial relevancia.
La primera jornada se celebró el pasado lunes, en el campus Madrid-Puerta de Toledo, y en ella, destacados expertos de empresas y organismos potenciales aportaron su visión sobre cómo cambiará la IA a la sociedad a nivel general. José Manuel Molina López, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la UC3M, arrancó la presentación del acto haciendo referencia a que «el gran cambio que ha habido en los últimos tiempos es que la IA ha llegado a todo el mundo. Está inundando la sociedad y de ahí viene la necesidad de celebrar estas jornadas. Queremos poner palabras tanto a la parte técnica como a la parte empresarial o a la universitaria, queremos juntar a personas de diferentes ámbitos en distintas mesas para que respondan y se planteen las mismas preguntas con la intención de tener distintos puntos de vista».
A lo largo de las próximas cuatro semanas tendrán lugar el resto de mesas redondas que reunirán a expertos para tratar el impacto de la Inteligencia Artificial en los siguientes ámbitos: la salud; el transporte y el comercio; el mundo empresarial; y la educación. Por último, en la mesa de conclusión se buscará dejar a un lado la exposición para intentar dar respuesta a las cuestiones que se hayan ido generando a lo largo de las jornadas previas. En la mesa inicial, relativa al impacto de la IA en la sociedad, estuvieron presentes Frankie Carrero, CEO de Al Hackers, consultora de Inteligencia Artificial; Elena Gil Lizasoain, directora de IA y Data de Telefónica Tech para España y América; Jesús García Herrero, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial y director del máster en IA Aplicada en la UC3M; Ángel Arias, rector de este centro educativo; y Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN.
«La universidad, más que nunca, es generación y transmisión de conocimientos. Siempre lo ha sido porque forma parte de su concepción. La IA, justamente, también se enfrenta a estos desafíos, a la generación de conocimiento, a su comunicación y a cómo va a cambiar la sociedad», dijo Ángel Arias antes de la intervención de todos los ponentes, justificando así que una charla de esta envergadura tuviera lugar en el espacio de una universidad pública. Una universidad que en 2024 ha cumplido 35 años y que cuenta con una gran dimensión internacional puesto que, tal y como recordó el rector, «más del 50% de sus estudiantes están en convenios de movilidad internacional».
Frankie Carrero, que dirige una consultora experta en IA especializada en la experimentación y desarrollo de productos que buscan resolver los mayores retos de crecimiento dentro del sector, participó en el debate afirmando que lo que está ocurriendo con la IA «es casi como si fuera estar en un parque de atracciones». «Durante mucho tiempo ha sido algo muy teórico porque no parecía que tuviera aplicación en casi ningún ámbito. Hasta hace más o menos diez años no parecía algo demasiado real. El Chat GPT, que llegó hace aproximadamente dos años, fue la prueba de que algo estaba cambiando. A todos los niveles: social, para las empresas, para cualquier sector. Cuando son cambios tan rápidos lo que ocurre es que son difíciles de asimilar», defendió. Para asimilarlos, igual que se hizo previamente con conceptos como la transformación digital, hay que diseñar una estrategia: «Las empresas, por ejemplo, ahora tienen muchísimas cosas que pueden ayudarles a potenciar sus servicios. Un slogan de ‘Nike’ decía que la potencia sin control no sirve para nada». Frase con la que coincide y por lo que cree que «las empresas tienen que entender qué es lo que hay detrás de la IA: qué se puede hacer hoy, qué no, cuáles son las aplicaciones que tienen más sentido, qué podemos hacer a nivel ético para ser profesionales con nuestros usuarios». Carrero, quien se mostró optimista de cara al futuro, dijo estar seguro de que «esta estrategia va a llegar. Creo que aún necesitamos tiempo y recorrido para alcanzar el gran inicio que supone plantear algo como esto, pero sin duda ocurrirá porque estamos ante una gran oportunidad para todos».
Se antoja como esta gran oportunidad y eso también se refleja en la formación universitaria. Prueba de ello es el éxito que ha tenido el máster en Inteligencia Artificial Aplicada de la UC3M en sus tres años de andadura y bajo la dirección de Jesús García Herrero. «Para el programa que hemos propuesto tomamos como referencia la Estrategia Nacional en Inteligencia Artificial, del año 2019, cuando ya se identificaron áreas muy susceptibles de mejorar al emplear estas tecnologías: en la sociedad en general, en los servicios públicos, en educación, en salud, en industria, seguridad…». Cinco años después el documento se ha actualizado y ya se identifican claramente ejes que permiten ver dónde están las prioridades. «Uno de ellos es relativo a desarrollar medios de supercomputación que deberán soportar y reproducir los modelos de IA; también establecer políticas particulares para desarrollar soluciones de IA en los servicios públicos que puedan darse después al sector privado, especialmente a las pequeñas y medianas empresas, para que puedan ser competitivas y básicamente para garantizar su supervivencia o que estén en condiciones de competir. El tercer eje está relacionado con desarrollar una IA de acuerdo a unos principios de confiabilidad, éticos, para que sea una herramienta cotidiana que no genere desconfianza», explicó García antes de recordar que «los sectores en los que se está aplicando la IA son prácticamente todos».
Como empresa multinacional de telecomunicaciones, Telefónica percibió muy pronto la revolución que podía suponer la Inteligencia Artificial. Elena Gil Lizasoain recordaba que llevan ya «más de diez años» adaptando sus cimientos para contribuir a que esta nueva herramienta mejore todos los servicios posibles. La directora de IA y Data de Telefónica Tech para España y América se mostró entusiasmada por los tiempos venideros: «Estamos en el momento de la verdad, de pasar de las pruebas piloto a proyectos realmente integrados en las empresas que generen valor y demuestren el ROI que aportan. Para ello es muy importante seleccionar una tecnología adaptada y flexible, contar con una buena gestión y gobierno del dato, disponer del talento necesario y tener en cuenta todo lo relativo a la seguridad, privacidad y cumplimiento normativo».
Y continuó: «Tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que las pymes también se incorporen a esta ola y utilicen estas herramientas de IA. Tenemos que ofrecerles herramientas y formación para no dejarlas atrás y avanzar como país».
En relación con el conglomerado empresarial, Carrero señaló que es necesario formar a los empleados para que sean capaces de desarrollar las capacidades que posibilita la IA con el fin de «sacarle mucho más partido. De no hacerlo, los resultados no serán los adecuados». Los trabajadores a los que esto les afecte serán, indudablemente, a los de todos los sectores, pues las ventajas de la IA llegarán a cualquier actividad.
En lo relativo a la banca, por ejemplo, puede ayudar a detectar fraudes en transacciones financieras online. Algo que no beneficia únicamente a las empresas, evitando pérdidas, sino también a los clientes, que además pueden ganar una mayor confianza en el sector.
En otra actividad, como la industria, la IA detecta de forma muy rápida si un microchip está defectuoso. Aunque puede que este problema no tenga mucho impacto financiero en una fábrica, ya que puede ocurrir en uno de cada mil casos, si, por ejemplo, ese microchip llega al móvil, al fabricante puede crearle muchos problemas, ejemplificó el CEO de Al Hackers. Elena Gil Lizasoain puntualizó, a su vez, que dentro de este sector se combinan varias tecnologías. Por ejemplo, se hace uso del IoT –Internet de las cosas–, que digitaliza la maquinaria, y gracias a la IA se puede analizar la información que ésta emite para predecir con anterioridad si va a haber algún error o fallo que vaya a causar la parada de la máquina, una situación que resulta «muy costosa» para la empresa.
Gil Lizasoain también quiso señalar el efecto de esta nueva tecnología en el sector del transporte. Concretamente, en Telefónica Tech han desarrollado una plataforma que trabaja con los datos «anonimizados, agregados y extrapolados» de los miles de millones de usuarios que utilizan sus teléfonos y están conectados a la red, y con éstos pueden ver los movimientos de la población. Esta herramienta es «muy útil» para este sector, ya que «podrá conocer quién va a ser su público objetivo y cómo llegar a optimizarlo». Asimismo, en el ámbito de la Administración Pública, Telefónica Tech también está desarrollando proyectos en varias comunidades autónomas que están enfocados en el empleo. Y es que gracias a la Inteligencia Artificial las personas que se encuentren en búsqueda activa de empleo podrán saber cuáles son las competencias que necesitan desarrollar para ocupar los trabajos que demandan las compañías.
Sobre medios de comunicación, Francisco Marhuenda hizo hincapié en el impacto «tan impresionante» que supone la IA, que ha transformado por completo la labor de los periodistas. La tecnología permite a estos profesionales, cada vez más, «hacer un trabajo de calidad» y aportar un «valor añadido». No obstante, pese al trabajo de «gran calidad» que puede hacer esta tecnología, el director de LA RAZÓN señaló que es imprescindible que «siempre» haya un ser humano detrás.
García Herrero, como director de máster en IA, asumió la importancia de los docentes. «Creo fundamental que tengamos un profundo conocimiento de esta tecnología, así como un espíritu crítico que nos permita hacer un uso responsable de ella para formar a los futuros profesionales».
Para concluir el acto, los participantes debatieron sobre cómo esta IA va a cambiar el mundo como lo conocemos ahora. Todos ellos coincidieron en que no hace falta esperar dicha transformación porque ya ha llegado, y ahora el «siguiente gran salto» pasa por beneficiarse de ella «sin dejar que ningún grupo social se quede relegado», siendo necesario «poner a la persona en el centro ya que la inteligencia humana es totalmente insustituible».