Faltaban un par de minutos para la conclusión del partido. Aunque faltaba el 3-0, el segundo gol de
Lewandowski, el cuarto triunfo consecutivo en la Champions estaba más que lacrado.
Hansi Flick optó entonces por el cambio y decidió dar descanso a un inconmensurable
Pedri y juego a un dubitativo De Jong. La reacción de la grada de Montjuïc fue sintomática y quizá ilustrativa.
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