El Automóvil Club Argentino (ACA) conmemoró su 120 aniversario con un homenaje a tres de los mayores exponentes del automovilismo nacional: Juan Manuel Fangio, Carlos Reutemann y Franco Colapinto. La institución, junto a YPF, instaló una gigantografía sobre la fachada de su Sede Central en la Avenida Libertador, Ciudad de Buenos Aires, bajo el lema "Más de un siglo impulsando tu camino". La obra, que mide 36,5 metros de base por 20 metros de altura, es la más grande en su tipo en destacar a pilotos argentinos que compitieron en la Fórmula 1.
La imponente gigantografía rinde tributo a tres generaciones de pilotos que dejaron huella en el automovilismo mundial. Fangio, con cinco títulos mundiales en Fórmula 1, se consagró como uno de los mejores de todos los tiempos. Reutemann brilló en las décadas de 1970 y 1980, alcanzando subcampeonatos y múltiples victorias. Franco Colapinto, la nueva promesa del automovilismo, ya demostró su potencial en las categorías formativas y lleva los colores argentinos en competencias internacionales.
Según César Carman, presidente de la Comisión Directiva del ACA, "representar a la Argentina en el automovilismo mundial es para el Club una tarea fundamental, y los logros de conductores como Fangio, Reutemann y ahora Colapinto nos llenan de orgullo".
El ACA fue una pieza clave en la historia del automovilismo argentino desde su adhesión a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en 1926. La institución organizó eventos memorables como el Gran Premio de Fórmula 1, que formó parte del calendario oficial desde 1953 en distintas etapas. Además, el ACA brindó apoyo logístico y profesional a los pilotos nacionales, ayudándolos a competir en la categoría reina del automovilismo.
El homenaje no solo destaca los logros del pasado, sino que apunta a inspirar a las futuras generaciones. Carman enfatizó que "luchar por verlos en lo más alto del podio es para esta institución una misión permanente, y, más aún, que algún día vuelvan a hacerlo en suelo argentino".
Este homenaje pone en valor el legado de estos tres pilotos. Fangio, "El Chueco de Balcarce", marcó un antes y un después en la historia del deporte. Reutemann, con su estilo técnico y audaz, dejó su huella en los circuitos más exigentes del mundo. Por su parte, Colapinto representa la continuidad de esta tradición, llevando la bandera argentina a nuevas pistas.