Unos 2.000 vecinos de la localidad cordobesa de La Carlota tienen apellido extranjero, sobre todo, alemán : Chofle (de Schöffer), Ots, Hens, Wic, Hermán... Sus antepasados fueron centroeuropeos reclutados en el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III , para repoblar estas tierras y otras que se encontraban en el camino real que conectaba Andalucía con Madrid, y que estaban plagadas de bandidos y maleantes . El proceso de colonización se inició en 1767 y su principal artífice fue el bávaro Johann Kaspar Thürriegel , contratado por la Corte real para traer 6.000 emigrantes, de los que unos 1.600 fundarían el actual municipio carloteño. Recibió 326 reales por cada nuevo habitante reclutado, además de su nombramiento como coronel de los ejércitos españoles. En cuanto a los que se animaron a hacer las maletas para instalarse en tierras cordobesa, recibieron incentivos muy jugosos, como 56 fanegas de tierra , aperos, semillas, algunos animales de granja y casa, además de una exención total de impuestos por diez años. En julio de 1767 se redactaron los reglamentos a aplicar, en el marco de un Fuero de Población , que detalla los derechos particulares de las colonias. Un mes después empezaron a llegar los primeros pobladores que se instalaron, en un principio, en terrenos de Sierra Morena, si bien con posterioridad se fueron sumando otras áreas más occidentales de la comunidad andaluza. De aquella herencia no sólo han quedado apellidos y la sangre germana, sino también numerosas obras de la época de Carlos III, como el Ayuntamiento, el cementerio más antiguo de la provincia de Córdoba o el propio diseño ortogonal del pueblo , cuyas manzanas se estructuran en torno al antiguo camino real.