Pekín ha advertido que “nadie saldrá victorioso en una guerra comercial”, en respuesta a las declaraciones del presidente electo Donald Trump, quien prometió firmar una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25% a todos los productos provenientes de México y Canadá, además de gravámenes adicionales sobre China.
Trump ha señalado a Pekín como un actor clave en el tráfico de drogas, acusando al país de no hacer lo suficiente para frenar el ingreso de sustancias ilícitas a Estados Unidos. En particular, destacó que el gigante asiático es un importante productor de precursores químicos utilizados por los cárteles de la droga, incluidos los mexicanos, en la fabricación de fentanilo.
A través de su plataforma Truth Social, el mandatario estadounidense expresó su frustración por la falta de avances en las conversaciones con Pekín sobre el tráfico de drogas que ingresa a Estados Unidos. “Hasta que cesen estos envíos, aplicaremos un arancel adicional del 10% sobre todos sus productos que ingresen a nuestro país”, advirtió el presidente electo, enfatizando su postura enérgica frente a esta crisis.
En respuesta, Liu Pengyu, portavoz de la embajada china en Washington, afirmó que su nación ha implementado medidas significativas en la lucha contra el narcotráfico, en el marco de un acuerdo alcanzado el año pasado entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping. “La parte china ha informado a Washington sobre los avances en las operaciones de aplicación de la ley relacionadas con narcóticos”, comentó, subrayando que la idea de que ellos permitan el flujo de precursores de fentanilo es completamente errónea.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino declaró que el fentanilo es un problema que corresponde principalmente a Estados Unidos y enfatizó que ellos cuentan con algunas de las políticas de control de drogas más rigurosas del mundo y que han ofrecido su colaboración en este ámbito “por espíritu humanitario”.
“China sigue dispuesta a continuar esta cooperación sobre la base de la igualdad, el beneficio y el respeto mutuo. Esperamos que Estados Unidos no dé por sentada nuestra buena voluntad y trabaje para garantizar que la dinámica positiva que tanto ha costado conseguir se mantenga”, aclararon las autoridades chinas.
El uso de opioides sintéticos ha alcanzado niveles críticos en Estados Unidos, siendo responsable de al menos 75.000 muertes el año pasado. Este fenómeno se ha convertido en la principal causa de mortalidad entre los adultos menores de 45 años, alarmando a las autoridades de salud pública.
Hasta 2019, China fue identificada como una "fuente primaria" de estas sustancias por políticos estadounidenses. Sin embargo, tras un llamado de la Casa Blanca durante la administración de Trump, Pekín adoptó medidas más estrictas en los controles de exportación de productos químicos relacionados. A pesar de los esfuerzos chinos, Washington sostiene que, aunque la producción de estos compuestos se ha trasladado en gran medida a México, los insumos esenciales siguen llegando de China.
Un día antes de las contundentes declaraciones de Trump, el primer ministro chino, Li Qiang, advirtió sobre los efectos negativos de las tendencias proteccionistas en las cadenas de suministro globales. En un encuentro con representantes del Consejo Empresarial, EE.UU., China y líderes de multinacionales como Apple o Lenovo, el funcionario chino afirmó que estas acciones han incrementado costos, reducido la eficiencia y obstaculizado el progreso compartido. “Nos oponemos firmemente a cualquier forma de 'desacoplamiento' o la creación de sistemas alternativos”, declaró.
Pekín intensificó sus esfuerzos para mantener la cooperación internacional en los flujos de aprovisionamiento horas después de que Trump anunciara su intención de fortalecer su programa "América Primero" mediante nuevas amenazas arancelarias. Durante la inauguración de la Exposición Internacional de Cadenas de Suministro en Pekín, el vicepresidente Han Zheng expresó su disposición a colaborar con otros países “para promover un sistema económico mundial abierto y abogar por una multipolaridad justa y ordenada”.
“Estamos en un nuevo periodo de agitación y cambio, y la fragmentación de la economía global se ha intensificado”, resaltó Han en su discurso inaugural. Instó a los líderes empresariales a forjar consensos y fortalecer lazos para asegurar la estabilidad de las cadenas de suministro, al tiempo que "inyectan certidumbre y energía positiva" en la recuperación económica mundial.
Como primer exportador global de mercancías, la segunda economía mundial posee una notable capacidad de fabricación y representa alrededor del 15% del comercio mundial, lo que subraya su papel crucial en los mercados globales.