Los precios desorbitados del alquiler no solo exprimen los bolsillos, sino que también transforman la forma en que vivimos: compartir techo ya no es solo una opción juvenil o circunstancial, sino una necesidad para muchos. Según el informe "Situación Sociodemográfica de los Inquilinos en España", elaborado por el Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos en colaboración con Fotocasa con datos de enero a junio, los hogares en alquiler en España cuentan, de media, con 2,1 convivientes que pagan el alquiler, una décima más que en 2023. Que esta cifra se sitúe por encima del 2 implica que ya no se comparte piso con exclusivamente con la pareja, que sería la opción habitual, sino que se comparte con otras personas, amigos o desconocidos, para repartir los gastos ante la subida de precios, explica Ana María Moreno, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos. "Es un mecanismo de defensa para poder tener una solución habitacional. Es forzado", añade Alberto Alonso, coordinador del Observatorio del Alquiler.
Las provincias donde más personas conviven en un mismo inmueble por los altos precios son Islas Baleares y Barcelona, con un total de 2,5 arrendatarios por hogar. Este dato medio implica que hay viviendas en las que hay hasta cuatro o cinco personas asumiendo el coste del alquiler, apunta Moreno. Les sigue de cerca Madrid, con 2,4. Las tres provincias donde más se comparte vivienda son las tres con precios más altos del país: Baleares, con un precio medio de 1.602 euros; Barcelona, con 1.598 euros y Madrid, con un precio medio de 1.497 euros por una vivienda en alquiler.
Entre las dos grandes urbes, Madrid y Barcelona, el caso de Barcelona es más preocupante, ya que la renta media es alrededor de 100 euros más alta, mientras que los ingresos de los barceloneses son algo más bajos (4.167,5 euros) que los de los madrileños (4.180,8 euros), provocando que el esfuerzo para pagar sea más alto. Además, la presión, es decir, la cifra de candidatos por alquiler es de 362, frente a los 102 de Madrid. En estas regiones la demanda de alquiler es muy alta, por sus oportunidades laborales, su oferta cultural y social y su atractivo turístico, mientras que la oferta de vivienda resulta totalmente insuficiente para absorber las exigencias del mercado (ronda el 2% per cápita).
En un mercado tan tensionado, el esfuerzo económico que deben asumir los inquilinos para pagar el alquiler supera el 35% de los ingresos que recomienda el Banco de España. En Baleares es el 39,3%, en Barcelona el 38,3% y en Madrid el 35,8%. Otras siete provincias españolas superan el umbral de 35% recomendado: Guipúzcoa (39,4%),Vizcaya (38,3%), Las Palmas (38,2%), Málaga (37,5%), Santa Cruz de Tenerife (36,7%), Valencia (36%) y Álava (35%).
En cambio, las provincias donde los inquilinos destinan el menor porcentaje de sus ingresos a pagar la renta son Ciudad Real (24,9%), Burgos (24,7%), Zamora (24,3%), Palencia (24,2%), Teruel (23,6%) y León (22,5%). Precisamente por ello, algunas de estas se encuentran entre las que tienen una menor cifra de convivientes por alquiler. En concreto, las provincias donde menos personas comparten una misma vivienda son Ávila (573 euros), Ciudad Real (496), La Rioja (693), Lugo (548 euros), Melilla (746), Palencia (512) y Teruel (483 euros), todas ellas con 1,6.
En el conjunto del país, de media, los inquilinos en alquiler de vivienda habitual desembolsan un 34,2% de sus ganancias para pagar el alquiler, 0,5 puntos menos que a cierre de 2023 pero aún muy cerca del límite que los expertos consideran excesivo. "No hacen un menor esfuerzo. Los inquilinos comparten más vivienda ante un aumento del precio del alquiler", repartiendo así el esfuerzo, explica Sergio Cardona, analista del Observatorio del Alquiler. Así ha ocurrido en Baleares, Barcelona y Madrid, donde el número de personas por vivienda aumentó en los primeros seis meses del año en 0,2, 0,3 y 0,2 puntos, respectivamente, lo que explica las bajadas en el peso de la renta del alquiler en los ingresos de los arrendatarios, que se redujeron un 0,3%, un 0,2% y un 0,2%, respectivamente, en estos meses.
Si se opta por el alquiler por habitaciones para compartir piso, una alternativa que ha ganado popularidad entre los propietarios para esquivar los topes al precio del alquiler de la Ley de Vivienda y entre los inquilinos para repartir gastos, el esfuerzo medio se reduce al 22,3% de los ingresos. En esta modalidad, las ciudades con mayor esfuerzo se sitúan por debajo de la media del esfuerzo del alquiler habitual -Cataluña (27,9%), Baleares (26,9%) y Madrid (24,7%)- y en las más económicas el esfuerzo se sitúa por debajo del 15% -Extremadura (10,7%), Castilla-La Mancha (13,6%) y Castilla y León (14%). No obstante, los analistas del Observatorio advierten de que en los próximos años se observará también un aumento del esfuerzo en el alquiler de las habitaciones por su reciente subida de precios.
Completan el listado de provincias con más de 2 inquilinos por vivienda Guipúzcoa (1.421 euros), donde conviven 2,3 personas, y Alicante (940 euros), Vizcaya (1.224 euros), Málaga (1.189 euros) y Santa Cruz de Tenerife (1.037 euros), con 2,1. Justo con 2 convivientes se encuentran casos como los de Álava, Almería, Gerona, Las Palmas, León, Navarra, Segovia, Sevilla, Tarragona y Valencia.
Además, los altos precios del alquiler y de la vivienda en venta repercuten en la edad media de los inquilinos. Con las casas cada vez más caras y los requisitos para acceder a una hipoteca aún elevados, vivir de alquiler es las única opción viable para miles de españoles (un 24,7% de los hogares viven de alquiler, frente al 30,8% de media de la UE). Asimismo, el incremento del precio de las rentas dificulta la tarea de poder ahorrar para comprar una vivienda creando un círculo vicioso que deja a numerosos potenciales compradores atrapados en el mercado del alquiler .Así, la edad media de los inquilinos por provincias es cada vez mayor: 35,5 años en junio de 2024, frente a finales de 2023, cuando rondaba los 32,8 años.
Por provincias, los inquilinos más jóvenes del país están en Gerona (32,1 años), Jaén (32,1), Ávila (32,4),Teruel (32,4) o Soria (32,5). Entre los territorios más poblados, destaca el caso de Zaragoza (32,9 años). Por el contrario, entre las provincias donde la media de edad de los inquilinos es más elevada se encuentran zonas como Segovia (40,5 años), Las Palmas (40,2), Murcia (39,4), Castellón (38,7), Cádiz (38,5) o Málaga (38,5 años).
Ante la posibilidad de que se produzca una huelga de impagos del alquiler, tal y como propone el Sindicatos de Inquilinos, el Observatorio advierte de que si el 40% de los inquilinos de España se sumase a esta protesta se perderían 18.500 millones de euros (1,69% del PIB) y se destruirían 1,12 millones de empleos. Sergio Cardona señala que para atajar el problema de la vivienda es necesario aumentar la oferta. “También hablamos de la escasez o ausencia de vivienda social, que se sitúa cuatro veces por debajo de los datos europeos”, apunta.