A lo largo de la historia de nuestro país, con las adversidades a las que han tenido que hacer frente nuestros mayores, el objeto primero de los mismos era buscarse sus mañas para salir adelante de la manera que fuese precisa. En este contexto, los remedios caseros cobran una relevancia singular, sobre todo aquellos empleados para la limpieza del hogar. Algunos de los casos más populares en las casas españolas son el de fregar los platos mezclando una parte de jabón de Castilla con cuatro partes de agua en un recipiente de jabón para platos. Una vez agitado se puede emplear en sustitución de los productos de supermercado.
Al mismo tiempo, para todas esas manchas situadas en el poso de las ollas y sartenes, que aunque frotes una y otra vez no se terminan de ir, se recomienda usar bicarbonato de sodio y agua hervida. Sin embargo, el caso que nos concierne tiene que ver con el arte de fregar. El amoniaco y otros químicos son los principales protagonista de esta historia en la actualidad. Por el contrario, con la concienciación de la masa social con respecto a dejar atrás aquellos productos que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
Y es que la clave de estos productos se encuentra en la naturaleza de los mismos, puesto que, ese carácter biológico conforma a los mismos como unos claros competidores de las marcas de higiene y lavado. Estamos hablando del limón, este cítrico cuenta con unas propiedades especiales que contribuyen a esta labor inherente a nuestras vidas. No obstante, este se emplea como recurso de limpieza en todos los campos vitales, desde la cocina hasta el baño.
En realidad nos referimos a una receta que cuenta con el limón como piedra angular. Destaca sobre todo por su valía económica y rutinaria. Su practicidad es una de la principales características. Aunque primero es necesario tomar una serie de precauciones en cuestión a las cualidades de cada domicilio. Si es la primera vez que usas este método para fregar el suelo, por si acaso, es recomendable utilizarlo en un tramo menor de la casa para comprobar que esta mezcla no repercute de manera negativa en el material.
El listado de ingredientes de esta receta es simple, en primer lugar, el jugo de dos de los frutos ya mencionados acompañados de un litro de agua tibia y, si se quiere, una cucharada de vinagre blanco esta última adición potenciará el efecto desinfectante de la aleación. Por supuesto, previo paso a la acción es necesario barrer la superficie que se desee fregar para evitar el contacto de las partículas de suciedad que queden en el suelo y el mejunje.
Una vez llevado a cabo este proceso se puede empezar a usar la fregona sin empaparla para que el suelo tenga la cantidad de producto exacta, sin excesos. Cuando esté aplicado a lo largo de la extensión que deseamos fregar tan solo queda esperar a que se seque con el aire y disfrutando del olor tan agradable del limón.
Otros trucos que funcionan a la hora de limpiar guardan bastante relación con el vinagre blanco, el producto natural por excelencia. Por ejemplo, para limpiar acero inoxidable juntando este tipo de vinagre con agua y aplicándolo con una bayeta de microfibra acelerará el proceso. Otro caso muy popular que se usa para eliminar la cal de la mampara de la ducha con un elemento que jamás te habrías imaginado, una patata cruda. Esto sirve para disuadir y reblandecer la mancha en cuestión y posteriormente proceder a retirarla con un paño antes de que se vuelva a endurecer.