Hansi Flick tiene tiempo para poner en marcha los mecanismos de auto corrección y volver a la frescura, verticalidad y eficacia goleadora que ha exhibido en la Liga y en la Champions. Los pinchazos ante el Osasuna, la Real Sociedad y el Celta no pueden atribuirse solo a la ausencia de Lamine Yamal. Hoy tiene la oportunidad de reparar desperfectos frente al Brest y asegurarse estar entre los ocho primeros en la Champions League. No es cuestión de técnicas sino de mantener la intensidad hasta el último segundo del último minuto. El Madrid está al acecho en espera de un nuevo tropezón del Barça. En mayo es cuando se pasan los exámenes. Pero es ahora, en encuentros contra equipos que aspiran a sobrevivir entre los grandes, cuando se ganan o se pierden los títulos. De nada sirve haber superado al Madrid, al Bayern o al Espanyol con goleadas si se pincha en el Sadar o en Balaídos.
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