Saltó a las páginas de todos los periódicos de España hace cuatro años, impactó en televisión y en internet y en muy poco tiempo se hizo un icono por su valor excepcional, su buen estado de conservación y la fuerza de su composición. La leona ibera de La Rambla se consideró un hallazgo excepcional en octubre de 2020, pero cuatro años después continúa depositada en el Museo Arqueológico de Córdoba, como sucedió desde el primer momento. ¿Por qué no puede verse todavía? Lo primero que tenía que suceder es que los técnicos investigasen la pieza, pero, desde hace unos meses, lo que impide continuar con el trabajo es que el asunto está judicializado: el propietario del olivar en que apareció no está conforme con el premio que le corresponde por haber comunicado el hallazgo casual de la leona ibera. Así pudo confirmarlo ABC tanto del propietario como de la Junta de Andalucía , responsable de la tutela del patrimonio histórico. Gonzalo Crespo Crespo fue la persona que encontró la pieza arqueológica en octubre de 2020. Es de San Sebastián de los Ballesteros, aunque la finca está en el término municipal de La Rambla , limítrofe con el de San Sebastián y de un tamaño mucho mayor. Como es preceptivo, comunicó el hallazgo de la escultura ibera a la Guardia Civil, que de inmediato se hizo cargo de la situación. La leona ibera se depositó en el Museo Arqueológico y pasó, como recoge la ley, al dominio público. A partir de ahí, quedaba compensar a la persona que había comunicado el hallazgo. Ese procedimiento aparece en el artículo 50, punto 5, de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histórico de Andalucía, y sigue la Ley de Patrimonio Histórico estatal, que se aprobó en 1985. «La persona que descubra y la propietaria del lugar en que hubiere sido encontrado el objeto o los restos materiales tienen derecho, en concepto de premio en metálico, a la mitad del valor que en tasación legal se le atribuya, la cual se realizará de conformidad con lo establecido por el artículo 80 de la Ley de Expropiación Forzosa , distribuyéndose entre ellas por partes iguales». ABC conversó ayer con Gonzalo Crespo, que en un principio mostró su voluntad de no hacer declaraciones públicas, pero también confirmó la presentación del recurso, por un motivo muy concreto: «Viendo el comportamiento de la otra parte, no me ha quedado otra alternativa». ¿Era la otra parte la Administración, la Junta de Andalucía? Sí, y así lo confirmó. Preguntado sobre si el problema era económico lo confirmó: «Efectivamente», e insistió en que, a su juicio, «hay cosas que no se han hecho bien». Por lo tanto, ha llevado el asunto a los tribunales, y mientras el juez no resuelva si lleva razón o la lleva la Administración, la leona ibera permanece custodiada y sin exponerse en el Museo Arqueológico de Córdoba. La situación la confirmó el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Eduardo Lucena , que explicó que el propietario del terreno en que apareció el hallazgo casual, ha interpuesto un recurso ante la Junta de Andalucía por ese motivo: «El importe del premio que recoge la Ley por comunicación del hallazgo casual de bienes de valor arqueológico». La ley nacional, determina, además, la forma en que se debe proceder, de acuerdo con la Ley de Expropiación Forzosa, donde tiene varios capítulos destinados a los restos arqueológicos. «El justo precio de los bienes se determinará mediante tasación pericial por una Comisión compuesta por tres académicos, designados, uno por la Mesa del Instituto de España, otro por el Ministerio de Educación Nacional y el tercero por el propietario del bien afectado. La designación podrá recaer en académico de las Academias de Distrito, presidiendo el primero de los indicados y decidiendo los empates con voto de calidad». Si, como dice la ley, todo depende de la tasación que se realice, el propietario no está de acuerdo con el valor que se ha dado a la pieza, y de la que él tendría que recibir la mitad. En el momento de que se le haya notificado por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, encontró que la cantidad era insuficiente y por eso decidió recurrirlo. Interpretaba el propietario que se había ceñido a las normas de protección del Patrimonio Histórico. Así, la ley andaluza insiste en que «en ningún caso se podrá proceder sin la autorización y supervisión previa de la Consejería competente en materia de patrimonio histórico a la remoción de los restos o bienes hallados». Al contrario, «deberán conservarse en el lugar del hallazgo, facilitándose su puesta a disposición de la Administración». A su juicio, todo ha sucedido conforme a lo que marca la normativa. Sólo a partir de que haya una resolución judicial se podrá empezar a pensar en exponer el leona ibera, de forma que su recorrido sería parecido al de los efebos de Pedro Abad: hasta que no terminó el proceso judicial no comenzó el de su restauración, que culmina ahora con su exposición permanente. La pieza tiene una antigüedad de unos 2.500 años y su excepcionalidad está tanto en su buen estado de conservación como en su iconografía, porque muestra a un felino de gran tamaño, que se ha identificado con una leona por la ausencia de melena, atacando a un carnero. No es el primer animal de este tipo que se ha encontrado en la provincia de Córdoba, ya que en el mismo Museo Arqueológico se exponen algunos. No se ha encontrado información que permita saber si formaba parte de alguna tumba, que es una posibilidad, o si por el contrario estaba encima de una columna , pero sí que forma parte de una larga estirpe que ha dejado al cabo de los cientos de años muchas huellas en todo el Valle del Guadalquivir y en la Campiña de Córdoba.