La última goleada en casa frente al Tottenham (0-4) ha evidenciado que lo del Manchester City ya no es un bache puntual. Lejos de servir de bálsamo, el parón de selecciones no ha hecho sino agravar la situación del equipo que dirige Guardiola, que se ha alejado en dos semanas de la cabeza de la Premier. Y ahora llega la Champions, que se acerca al momento clave de esta primera fase.
Y, con este contexto, el City recibe a un Feyenoord que pelea por no quedar fuera a la primera. Después de caer estrepitosamente frente al Sporting de Lisboa, el equipo de Guardiola está ahora mismo fuera de los ocho primeros puestos que dan acceso directo a octavos. Una derrota podría dejar a los celestes a cinco puntos de esa barrera con tres partidos por delante. O sea, prácticamente abocados a jugar el «play in».
Además, en el apartado de lesiones las cosas no cambian mucho respecto al día del Tottenham. Kovacic sigue en el dique seco y Akanji, cuya ausencia el equipo está notando en defensa casi tanto como la de Rodri en el medio, tampoco será de la partida. Y el momento de forma de Walker, Bernardo Silva o Gündogan tampoco invita al optimismo.
A Guardiola le queda esperar a que el temporal de lesiones amaine, aunque esto también está dejando entrever algunas carencias en la planificación de la plantilla, pues no se han provisto recambios de calidad a jugadores como Haaland, que también está lejos de su mejor versión.
Así las cosas, al City solo le queda esperar que el único efectivo que ha vuelto en las últimas jornadas tras lesión vaya poniendo velocidad de crucero. Kevin De Bruyne jugó un cuarto de hora ya frente al Tottenham y, si bien se antoja difícil su titularidad, sí que es probable que tenga más minutos. Enfrente hay un Feyenoord que no tiene las armas del City, pero sabe a lo que juega y puede aprovechar el mal momento celeste para darle un nuevo zarpazo que podría dejar muy tocado a los de Pep. Hay nervios en el Etihad.