El presidente chino paró en Marruecos en su camino de vuelta a casa desde la cumbre del G20 en Brasil para mostrar la creciente sintonía entre ambos países
Xi Jinping, presidente de la República Popular China, desciendía el viernes por la larga escalinata del avión oficial unos minutos después de aterrizar en el aeropuerto internacional de Mohamed V en Casablanca. En la última escalera le recibía una larga alfombra roja, el príncipe heredero marroquí, Moulay Hassan, y el primer ministro, Aziz Akhannouch.
La visita extraoficial del presidente chino, que coincide con la vuelta a casa de Xi Jinping tras la reunión del G20 en Brasil, refuerza los lazos e intereses para salvaguardar la asociación estratégica entre ambos países.
“China apoya los esfuerzos de Marruecos para salvaguardar la seguridad y la estabilidad nacionales y llama a los dos países a ampliar los intercambios culturales e interpersonales, con el fin de aumentar el apoyo público de su amistad”, afirmó Xi durante su visita según el comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores. A pesar de la ausencia del rey de Marruecos, Mohamed VI, que se encuentra en París, el encuentro siguió las instrucciones reales del monarca.
Desde que Marruecos y China establecieran relaciones diplomáticas en 1958, la proyección sobre su relación comercial, económica o sociocultural, entre otros sectores, se mantiene viva. En mayo de 2016 firmaron y ratificaron una de las piedras angulares más importantes con la declaración de asociación estratégica, a la que le han precedido los éxitos diplomáticos para ambas delegaciones.
Por lo general, los dos países se han esforzado en la implementación de los resultados de la Cumbre de Beijing del Foro de Cooperación China-África y de la X Conferencia Ministerial del Foro de Cooperación China-Estados Árabes. En lo específico, un año después de la ratificación de la asociación, en 2018, ambos firmaron un Memorando de Entendimiento sobre la Iniciativa de la Franja y la Ruta con la que Marruecos se convirtió en la primera nación del norte de África en comprometerse con el plan de implementación del proyecto chino. Pero no todo queda ahí.
La simpatía entre ambos líderes, Xi Jinping y Mohamed VI, se evidenció en 2021 con el pinchazo de una vacuna. El rey de Marruecos se convirtió en el primer ciudadano del país y el primer líder del mundo en vacunarse con Sinopharm, el fármaco asiático contra la Covid desarrollada por el Instituto de Productos Biológicos de Pekín. Todo ello a pesar de que previamente Marruecos recibió un lote de AstraZeneca, la vacuna británica fabricada en India.
Aunque los intereses económicos y logísticos de China en la región, y concretamente en Marruecos, no son nuevos, en los últimos años sí ha experimentado un despunte único. Dentro de algunos de estos casos destaca el establecimiento de Citic Dicastal en Kenitra, una empresa especializada en la fabricación de llantas de aluminio que ya es, hasta la fecha, uno de los proyectos de inversión chinos más importantes en Marruecos. En el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta también se han instalado en Rabat otros grupos chinos como BTR Schenzhen o Gotion High-Tech.
Otro de los grandes megaproyectos financiados por China es la ciudad inteligente que proporcionará tecnología y empleo a la comunidad local en Tánger: la Ciudad Mohammed VI Tánger Tech. El proyecto, que comenzó su construcción en 2023, ocupará alrededor de 2.000 hectáreas y albergará alrededor de 200 empresas multinacionales. A pesar de que el lugar está construido por inversiones chinas, será el hogar de otros actores extranjeros como la Unión Europea o Estados Unidos en el marco de los acuerdos bilaterales de libre comercio.
El trato más reciente ha sido entre la Oficina Nacional de Ferrocarriles de Marruecos y el grupo chino, Overseas Engineering, a través de un contrato de obras de ingeniería civil para la construcción de la nueva línea ferroviaria de alta velocidad entre Marrakech y Kenitra. La concesión está valorada en alrededor de 128 millones de euros y ha desbancado a dos filiales de la francesa NGE Contracting y Guintoli.
A inicios de 2024 China se consagró como el tercer socio comercial del país magrebí (superando los 56 millones de dólares en 2022), sobre todo en proyectos en el ámbito industrial, seguido por los sectores inmobiliarios, transporte, energía y minas, y su primer aliado económico en Asia. Es más, durante la última visita de Xi Jinping en diciembre de 2023, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, decidió incrementar el volumen de intercambios comerciales hasta un 50%, con un volumen comercial total de 7.600 millones de dólares en 2022.
Los intereses económicos y comerciales no se quedan ahí. China también aprovecha la consolidación de sus lazos con Marruecos para adentrarse en la región. Durante la última visita a Marruecos del ministro de Comercio chino, Wang Wentao, y la reunión con el titular marroquí de Comercio, Ryad Mezzour, se puso de manifiesto el potencial de la Zona de Libre Comercio Continental Africana para “desarrollar las exportaciones marroquíes y chinas hacia nuevos y prometedores mercados africanos”.
Marruecos, al contrario que gran parte de la Unión Europea, es uno de los países que respalda la política de “una sola China” para reforzar el apoyo de la soberanía nacional y los lazos diplomáticos. La política de Pekín, establecida en 1979 entre Estados Unidos y China, reconoce a la República Popular como el único gobierno del país sin considerar a Taiwán como una entidad soberana.
Por otro lado, a pesar de que China no ha reconocido oficialmente el plan marroquí sobre el Sáhara Occidental, sí que deja entrever sus simpatías con Rabat sobre la cuestión territorial. Durante la cumbre del Foro de Cooperación China-África, el Frente Polisario y la autodenominada República Árabe Saharaui Democrática no fueron invitadas al evento internacional. En reiteradas ocasiones, China ha rechazado los intentos de Argelia o Sudáfrica, por su cercanía al Frente Polisario, por invitar a formaciones independentistas a eventos celebrados en China o inclusive en países africanos.