Un nuevo estudio de la Universidad de Curtin descifró uno de los misterios más grandes de Stonehenge. Un equipo de investigadores descubrió que una piedra, que durante mucho tiempo se creyó originaria de Gales, en realidad provenía de Escocia.
La Piedra del Altar, la más grande de las más de 80 piedras que aún se conservan en el sur de Inglaterra, había sido objeto de estudio durante años. Aunque los científicos creían saber todo sobre ella, un análisis de su huella química reveló un hallazgo nunca antes descubierto.
A partir del análisis de la edad y la composición química de los fragmentos de la Piedra del Altar, un gran bloque de arenisca de 6 por 3 metros ubicado en el centro de Stonehenge, el equipo de investigadores creó una huella química de la piedra.
Los resultados del estudio publicado en la revista Nature revelaron que su composición coincidía con las rocas del noreste de Escocia, diferenciándose claramente del lecho rocoso de Gales.
"Nuestro análisis ha revelado que los granos minerales específicos de la Piedra del Altar tienen en su mayoría entre 1.000 y 2.000 millones de años, mientras que otros minerales tienen unos 450 millones de años", explicó en un comunicado Anthony Clarke, autor principal del estudio.
Según el experto, esto brinda una huella química diferente que sugiere que "la piedra procedía de rocas de la cuenca de Orcadia, en Escocia, al menos a 750 kilómetros de Stonehenge".
Este hallazgo plantea la incógnita de cómo se transportó una piedra tan grande desde tan lejos durante el Neolítico, alrededor del 2.600 a.C.
"Transportar una carga tan masiva por tierra desde Escocia hasta el sur de Inglaterra habría sido extremadamente difícil, lo que indica una probable ruta marítima a lo largo de la costa de Gran Bretaña. Esto implica la existencia de redes comerciales de larga distancia y un nivel de organización social superior al que se cree que existió durante el Neolítico en Gran Bretaña", concluyó Clarke.
Stonehenge es el círculo de piedra más famoso del mundo. Se encuentra ubicado al sur de Inglaterra, en una llanura cerca de Salisbury, en Wiltshire. Se estima que su construcción se desarrolló a lo largo de unas ochenta generaciones, durante unos 1.600 años.
Por su gran valor histórico y cultural, Stonehenge fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. Este reconocimiento destaca la importancia de la estructura como un símbolo de los avances en ingeniería y astronomía de las civilizaciones prehistóricas.