El Gobierno se encamina a resignar u$s 500 millones mensuales de ingresos tributarios. Es por la pérdida de recaudación que sufrirá tras la derogación del impuesto PAIS, que tendrá lugar a fin de año.
Ese tributo grava con un 30% a los consumos efectuados en dólares con tarjetas de crédito. Se mantendrá otro impuesto que recae sobre las mismas operaciones, que es la "percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales", que también es del 30%.
El impuesto PAIS viene teniendo cada vez menos peso en la torta tributaria. Pero aun así aporta alrededor del 6% de la recaudación, que ahora dejaría de ingresar a las arcas estatales. Tanto Economía como Banco Central no hablaron de ningún reemplazo de ese impuesto.
Cuando se implantó -durante los primeros 15 días del gobierno de Alberto Fernández, en 2019- se informó que la recaudación proveniente de ese tributo iba a fondear programas de ANSeS y Pami, prestaciones sociales y de salud, viviendas para sectores relegados y fomento para el turismo.
Con la baja de este impuesto, quedaría un agujero en la recaudación cercano a los u$s 5.000 millones anuales. El Gobierno se tomó varias semanas para analizar la situación y descartó que haya un tributo que sustituya al PAIS. De esta forma, es de suponer que Economía entiende que la falta de u$s 5.000 millones no afectará el equilibrio fiscal. Según el proyecto de ley de presupuesto de 2025, la recaudación se incrementará por un mayor nivel de la actividad económica.
También puede pasar que los dólares alternativos ("blue" y los financieros) se encarezcan. En ese caso, el Gobierno podrá recaudar más por la "percepción anticipada". Sucederá si la cotización del "dólar tarjeta" queda pareja con la de los alternativos. En el mercado le asignan pocas posibilidades actuales.
El impuesto PAIS se utilizó para la compra de dólares para ahorro o atesoramiento, gastos de tarjetas en el exterior (tanto de crédito como de débito) o contratación de servicios digitales, turísticos y bienes en el extranjero.
Cada vez que un argentino gasta con su tarjeta de crédito en dólares paga más de $ 1.600. Es porque al tipo de cambio oficial (más de $ 1.025) se le suman otro 30% del impuesto PAIS y un 30% de "percepción a cuenta". Eso seguirá pasando hasta el 24 de diciembre.
Después de la Navidad, en caso de que se mantenga el actual ritmo de devaluación oficial y el tipo de cambio anunciado por el Gobierno, el "dólar tarjeta" se ubicaría en una zona de $ 1.350 o algo más.
Esta herramienta recaudatoria, instalada por el presidente Alberto Fernández cuando comenzó su gestión a fines de 2019, fue efectiva para engrosar la recaudación y tratar de evitar los consumos en dólares. Sin embargo, su efectividad comenzó a dilatarse con la compresión de la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los paralelos (ya sea el "blue" o los financieros).
El "dólar tarjeta" resultó la forma de pago más conveniente durante la mayor parte de los últimos cinco años, a la hora de abonar consumos con tarjetas de crédito. Peso eso cambió con el gobierno de Javier Milei. Después de tocar un pico a mediados de año, el dólar "blue" y los financieros comenzaron a aflojar, con una cotización que se acerca cada vez más a la oficial.
Se volvió más atractivo pagar los consumos en moneda extranjera con dólares "físicos" (ya sean obtenidos del "blue" u ahorros propios) y financieros (obtenidos del MEP, o CCL) que con los impuestos oficiales. Con el dólar "blue" o financiero a menos de $ 1.150, y el "tarjeta" a más de $ 1.600, bajó mucho la cantidad de usuarios que abonan de esa manera y creció quienes se inclinaron por poner sus propios billetes.
El uso del "dólar tarjeta" suponía que el Banco Central tenía que aportar sus billetes para hacer frente a esos pagos. A cambio, los consumidores pagaban un 60% de impuestos. En cambio, el pago de consumos a través de dólares que los clientes ya tienen (o que compraron en el "blue" o el mercado financiero) no impacta en las reservas del Banco Central, ya que son operaciones entre privados.
Habrá que ver si el "blue" o los paralelos suben, y su cotización se termina acercando al actual importe del "dólar tarjeta". En ese caso, la recaudación por el impuesto que aun queda activo (la retención anticipada) crecería.