En 2023, un total de 249 personas perdieron la vida en España debido a incendios y explosiones, según el último informe de la Fundación MAPFRE y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB). Este dato representa un incremento del 6 % respecto a 2022, que hasta ahora había sido el año más mortífero con 235 fallecimientos. Desde que se inició el Estudio de Víctimas de Incendio y Explosiones en 2010, esta es la cifra más alta registrada.
De los fallecimientos, 236 ocurrieron en incendios y 13 en explosiones. Las muertes en viviendas alcanzaron las 173, situándose como la segunda cifra más elevada después de las 176 registradas en 2022. Las comunidades autónomas con más víctimas en viviendas fueron Andalucía, con 32 fallecidos; Cataluña, con 31; y la Comunidad Valenciana, con 27. Ceuta y Melilla fueron las únicas regiones que no reportaron muertes en domicilios.
De los 145 incendios con víctimas registrados, la mayoría (123) se cobró la vida de una persona. El informe subraya el incendio ocurrido en una vivienda de Pontevedra de octubre de 2023, en el que fallecieron cuatro personas, y especifica que cuatro incendios se cobraron la vida de tres personas y se produjeron en Huelva, Barcelona, Valencia y Murcia
El informe destaca que las personas mayores de 64 años son el grupo más vulnerable frente a los incendios, representando el 49,1 % de las víctimas en viviendas, lo que equivale a 85 fallecidos. Este segmento de edad registra un ratio de fallecimientos por cada millón de habitantes de 11,25, casi el triple que el segundo grupo con más fallecidos, el de 30 a 64 años, con una tasa del 4,25.
La intoxicación por humo y gases tóxicos fue la principal causa de muerte, con 176 decesos, seguida de las quemaduras, con 66. Los fallos eléctricos se identificaron como la causa más probable de los incendios (36 muertes), seguidos de productos que generan calor (27) y hábitos de fumadores (16).
La mayoría de los siniestros con víctimas se originaron en el salón, y el 60 % de las muertes ocurrieron en los meses más fríos, especialmente por la noche, en el 54 % de los casos.
Ante este contexto, la Fundación MAPFRE y la APTB han subrayado la importancia de instalar detectores de humo en viviendas particulares. Consideran que estas medidas preventivas, junto con iniciativas legislativas que hagan obligatorio su uso, son esenciales para reducir las muertes por incendios y mejorar la seguridad en los hogares.